La cuasi parálisis global generada por la pandemia de coronavirus obliga a todas las actividades económicas a ordenar sus prioridades. La ganadería, regida por una biología que no conoce de frenos o aceleres, no es la excepción.
«Hay cosas que no se pueden dejar de hacer. Por ejemplo, en los feedlots no se puede dejar de alimentar el ganado, no se puede dejar de sacar a los gordos cuando están gordos«, remarcó el asesor ganadero Darío Colombatto, respecto de la hacienda que está en la última fase productiva.
Respecto a la cría e invernada, el especialista señaló que lo que no dejaría de hacer es sembrar los verdeos y pasturas, «porque estamos en una ventana de siembra y es algo que después vamos a necesitar. Si lo demoramos vamos a estar en el horno».
Lo que si se puede suspender momentáneamente, según el asesor, son los tactos. «Si se puede demorar, se demora. Alguno me va a linchar, pero yo no veo como imprescindible saber si tengo 85 o 90 por ciento de preñez«, dice.
Además, respecto de las labores en la manga, afirmó que lo que se está haciendo con los veterinarios -acostumbrados a las tareas de prevención- es minimizar la aglomeración de personas en los trabajos de manga, mantener la distancia, no compartir jeringas. «Las vacunas obligatorias, se dan. Las otras las dejaría«, planteó.
Para concluir, Colombatto hizo hincapié en los factores que inciden en el mediano plazo de las empresas ganaderas. «Hay tareas que no se pueden dejar de hacer porque pueden tener un impacto tremendo en el invierno por falta de alimento. Jerarquizaría la siembra de pasturas, el manejo nutricional, destetaría a los terneros y mandaría a las vacas a los potreros de menor calidad, siempre teniendo en cuenta su estado corporal», concluyó.