Evitar las consecuencias de peso que puede traer la deriva en las aplicaciones, es un compromiso a asumir diariamente. Aquí algunos tips efectivos.
Uno de los mayores problemas que desafían a los aplicadores es la deriva. Esto no solo resulta en el desperdicio de los productos aplicados y en la contaminación del ambiente sino que también puede dañar a otros cultivos que no son el blanco y generar riesgos para la salud de quienes viven en zonas aledañas a la deriva.
Aunque la complete eliminación de la deriva es imposible, los problemas pueden ser reducidos significativamente si se conocen bien los factores de mayor influencia en la deriva y se toman precauciones para minimizar su influencia en todo lo que no es el blanco de la aplicación.
¿QUÉ ES EN PRIMER LUGAR LA DERIVA?
Ernesto Jalil Maluf (UNLZ) afirma que la deriva es todo lo que se aleja del blanco en forma de partículas sólidas o gaseosas que pueden provocar un daño tanto a la flora que no es tratada como a la fauna y a las personas involucradas. “Es la problemática que más nos perjudica a los Ing. Agr., en cuanto a la imagen productiva. Es algo que sabemos que tenemos que mitigar”.
Los factores
Los factores que pueden jugar un rol en la creación tanto como en la reducción de la deriva son:
Las características de la aplicación como volatilidad y viscosidad de la formulación del producto.
El equipo y las técnicas de aplicación.
Las condiciones del clima al momento de la aplicación (velocidad y dirección del viento, temperatura, humedad relativa y estabilidad del aire alrededor del sitio de aplicación); y más importante aún,
El cuidado del operador, aptitudes y habilidades.
TIPS PARA REDUCIR LA DERIVA
Teniendo en cuenta estos factores, se proponen 5 tips efectivos para minimizar la deriva:
Si es posible, mantener las boquillas tan cerca del blanco como sea posible, mientras se asegure una aplicación uniforme sobre el target. Esto no cuesta ningún dinero extra si no que es meramente una cuestión práctica.
Cuando se esté listo para cambiar las boquillas, considerar seleccionar boquillas que produzcan menos gotas de las más pequeñas que son las más probables de ser derivadas.
Si existe al menos un elemento de duda sobre el trabajo de aplicación que pueda resultar en deriva, esperar a que ese elemento no exista más.
Siempre prestá atención a la dirección y magnitud del viento. La mejor inversión a hacer es comprar un dispositivo medidor de vientos que indique cómo está la velocidad del viento en cualquier momento.
Maluf afirma que hay dos fases que tenemos que cuidar. La fase de partículas sólidas y la más peligrosa que son aquellos productos que están en fase gaseosa a los que hay que prestarle mucha atención porque es muy difícil de manejar.
Esto se puede mitigar, controlando las condiciones meteorológicas. Por ejemplo, cuando se trabaja a campo con un viento que sopla firma y constante en una dirección en la cual no puede causar daño, es posible manejar mucho más la deriva que si se trabaja sin viento, con ráfagas que aparecen y desaparecen.
En los días en que hay calma chicha la inversión térmica es muy peligrosa. El aire caliente sube y se encuentra con una capa de aire frío que le hace presión. Hay que tener cuidado con esta condición.
La mayor parte del tiempo, la deriva tiene lugar por accidente o desconocimiento. Informarse adecuadamente y actuar con los cuidados del caso es una responsabilidad.
Por ADAMA