58,5 millones de toneladas de soja, un 5% menos que la campaña anterior

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Lo pronosticó la Bolsa de Comercio de Rosario. El año pasado se había logrado un récord de 61,5 millones de toneladas. El clima jugó en contra.

A pesar de que en esta campaña se sembraron 600.000 hectáreas de soja más que en la pasada, la cosecha argentina retrocedería en 2,8 millones de toneladas y alcanzaría las 58,5 millones de toneladas, según una estimación de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). Pero hay que tener en cuenta que en el ciclo 2014/15, las condiciones climáticas fueron excepcionales para los cultivos, con lo cual el volumen obtenido de soja trepó a 61,3 millones de toneladas, la cifra más alta de la historia.

“La interrupción de los frentes de lluvia y el calor quebró la posibilidad de superar la campaña récord del año pasado. Aunque el futuro es incierto, el estado de los cultivos de soja y los recientes aportes a las reservas de agua permiten estimar un rinde promedio nacional de 30 quintales por hectárea”, precisa un informe de la Bolsa rosarina.

La principal característica de esta campaña son los contrastes climáticos. Al principio los excesos hídricos, por las intensas lluvias que generó el fenómeno de “El Niño” en octubre y noviembre, recortaron la superficie de siembra y desde mediados de enero las intensas olas de calor y la falta de lluvias provocaron muchos daños en el cultivo.

585 millones toneladas soja 5 menos que campana anterior

Las altas temperaturas afectaron provocaron marchitamiento, baja altura de plantas y pérdida de vainas, entre otros daños.

En el norte de Buenos Aires, por ejemplo, en los lotes de soja los técnicos comenzaron a observar a finales de enero marchitamiento, baja altura de plantas, pérdida de vainas y la reducción del tamaño del grano. Y también aparecieron las plagas típicas de años secos, como los trips y las arañuelas.

En zonas costeras del río Paraná también se ven “manchones” sin plantas y se prevén bajas considerables en los rindes. “Entre Ríos ya sucumbió al embate de la falta de agua y las altas temperaturas: la estimación de rinde promedio cayó a 24 quintales por hectárea”, advierte la Bolsa rosarina.

La reactivación de las lluvias, que arrancó a principios de febrero, alivió la situación del cultivo, en líneas generales, pero han quedado áreas afectadas no sólo en Entre Ríos, sino también en parte de Buenos Aires y en algunas zonas de Santa Fe. En este escenario, los técnicos reconocen que la posibilidad de lograr altos potenciales de rinde, como la campaña anterior, quedó atrás y ahora se observan condiciones heterogéneas en los lotes, de acuerdo a cómo se distribuyeron las lluvias y a la calidad de los suelos.

PERO HAY ALGUNAS EXCEPCIONES
La Bolsa rosarina proyecta que en el sur de Córdoba y en el oeste bonaerense podrían alcanzarse rendimientos altos. Y hasta sigue vigente la posibilidad de que Santa Fe logre un récord de 37 quintales por hectárea. “El problema es que las reservas están acechadas por las altas temperaturas y el clima pesará enormemente para que las cifras no se caigan. También será importante que las enfermedades no se interpongan en las próximas semanas”, reconoce el informe.

585 millones toneladas soja 5 menos que campana anterior

A finales de diciembre, las lluvias generaron «encharcamientos» en el sudeste de Córdoba.

PROVINCIAS CON MAYOR SUPERFICIE DE SOJA
En este ciclo, las provincias que más hectáreas de soja sembraron son:

Buenos Aires, con 6,8 millones de hectáreas (se proyecta una producción de 19,4 millones de toneladas).
Córdoba, en donde se implantaron 5,58 millones de hectáreas (y se espera una trilla de 16,2 millones de hectáreas);
Santa Fe con 3,56 millones de hectáreas sembradas (y una cosecha estimada en 13 millones de toneladas).
En el escenario climático, una de las dificultades de las últimas semanas es que las lluvias están esquivando el sur de Santa Fe, una zona sojera clave, y no alcanzan a despejar el pulso de calor. “Las altas tasas de radiación y el curso de los vientos preponderantes del noroeste seguirán manteniendo durante este tramo de febrero estas condiciones de intenso calor”, adelanta la Bolsa rosarina. Serán una amenaza para el cultivo en la etapa esencial de fructificación y llenado de granos.

Fuente: BCR y Clarín Rural.