Productores de la Chacra Aapresid Justiniano Posse transforman el problema de excedentes hídricos en una oportunidad para aumentar la producción y rentabilidad de trigo.
Esta Chacra de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) surgió de la necesidad de productores de la zona por optimizar el manejo en ambientes donde en los últimos años se sumó un nuevo factor: la napa. Había que decidir si el ascenso de las napas y los excesos hídricos, cada vez más frecuentes, continuarían siendo un problema o se convertirían en una oportunidad.
El sudeste cordobés es triguero por excelencia gracias las condiciones de radiación, temperatura, precipitaciones y calidad de suelo. “Nos preguntamos si el trigo podía ayudarnos a paliar la problemática hídrica y transformarla en granos”, explicó el Ing. Franco Bardeggia, técnico responsable de la Chacra que contó con el apoyo de Federico Pagnan, jefe de la AER de INTA.
Reemplazando las típicas rotaciones de tercios (como Tr/Sj-Mz) por secuencias con mayor presencia de trigo (Tr/Sj – Tg/Mz) y tiempo de ocupación, se logró aumentar el consumo en un 20% (y en un 50% respecto de monocultivo de soja). “Un cultivo consumiendo agua genera un balance hídrico más negativo, ayudando a bajar la napa”, dijo.
El resultado también fue favorable respecto de otros servicios ecosistémicos. La secuencia Tr/Sj – Tg/Mz aportó más C que las rotaciones típicas y generó una cobertura que facilitó el manejo de malezas.
FERTILIZACIÓN CON N
El nitrógeno (N) determina el 20% del rendimiento del trigo en los sitios de la Chacra, por lo que el siguiente paso para transformar el agua consumida en rendimiento fue ajustar la fertilización a cada ambiente.
En lotes con influencia de napa el trigo rindió hasta 770 kg/ha adicionales. No considerar la napa a la hora de definir cuánto N aplicar significa desaprovechar potencial de rendimiento (por uso de dosis subóptimas) o derrochar fertilizante (por uso de dosis supra óptimas).
Otro factor es el antecesor. Lotes que salían de soja tenían más N que los que salían de maíz. Así, trigos antecedidos por esa gramínea son muy susceptibles a fallas en la dosis de N. Para lograr un mismo rendimiento objetivo, trigos antecedidos por maíz requirieron 25-30 kg más de N que con antecesor soja.
Por último, el momento óptimo de fertilización también depende del ambiente. En campañas húmedas puede convenir atrasar aplicación a macollaje, pero en lotes con bajo N inicial, el aporte a la siembra es decisivo. El momento también influye sobre el contenido de proteína del grano. En el grupo de Posse, la máxima proteína se logró con fertilizaciones en macollaje.
LA IMPORTANCIA DE UN MANEJO INTELIGENTE
Además de la fertilización, variables como ciclo y fecha de siembra. Frente a otoños con excedentes hídricos y anegamientos, los productores modifican su estrategia seleccionando variedades de ciclo cortos y siembras tardías. Para esto se basan en la información que brinda la EEA INTA Marcos Juárez.
Cuando se logra un manejo inteligente, estos planteos de Agricultura Siempre Verde basados en alta presencia de trigo para grano, hicieron de la napa una aliada para lograr servicios ecosistémicos, más producción y estabilidad. En términos de márgenes económicos, rindes medios de trigo de 50 qq/ha permitieron márgenes brutos de 278 USD/ha (a valores de abril 2020). (fuente Infocampo)