Aapresid realizó su mapa de la agricultura actual

0

Un informe de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) refleja que, si bien a nivel país sigue alto el porcentaje de uso de esta tecnología, hay zonas agroecológicas donde la siembra directa va en bajo porcentaje acompañada de otras prácticas, como la inclusión de gramíneas en las rotaciones y los cultivos de cobertura.

Aapresid tomó para esto último datos del Relevamiento de Tecnología Agrícola Aplicada (ReTAA) y del Panorama Agrícola Semanal (PAS) de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

Según la entidad, en el norte de Buenos Aires mientras el porcentaje en siembra directa es del 91%, la inclusión de gramíneas en las rotaciones es del 35% y los productores que hacen cultivos de servicios están en el 8 por ciento.

Sobre el centro sur de Santa Fe, la directa ocupa un 95% de los planteos, pero la presencia de gramíneas es del 40% y apenas un 6% de los productores realizan cultivos de cobertura.

En el sudeste de la provincia de Buenos Aires, la directa ocupa un 84%, la incorporación de gramíneas en las rotaciones llega al 49% y hay un 8% de productores con cultivos de servicios.

Según se observa en los mapas, en el norte del país, con condiciones más difíciles para producir y es clave un buen manejo de la economía del agua, hay zonas donde los cultivos de servicios tienen en términos porcentuales una mayor adopción que lo que ocurre en regiones de la pampa húmeda.

A modo de ejemplo, en Chaco el 83% de los productores hace siembra directa, un 41% pone gramíneas en las rotaciones y en el caso de los cultivos de servicios hay un 16% que los realizan.

Algo parecido ocurre en el este agrícola de Santiago del Estero. La siembra directa ocupa un 91 por ciento y el porcentaje de productores que realizan cultivos de servicios trepa al 20%.

En su informe, Aapresid alerta sobre la siembra directa que «la adopción masiva de esta tecnología no se traduce necesariamente en mejoras en el balance de carbono, fertilidad y otros indicadores de salud del suelo. Incluso, en ciertas regiones, se observa el avance de procesos de degradación del suelo».

Destaca que «las rotaciones, la siembra de gramíneas y de cultivos de cobertura o de servicios (CS) son prácticas clave dentro de un verdadero sistema de SD. En el caso de los CS, además de cubrir el suelo, permiten la mejora en el manejo del agua, el control de la erosión y de la densidad de malezas, favorecen la biodiversidad, la disminución de la carga de insumos sintéticos, entre otros».