Advierten que pueden generar mermas de rendimiento de un 20 al 30%.
La cosecha de soja está por comenzar y hay grandes expectativas en la zona núcleo en el rendimiento tras las preciadas lluvias caídas durante el desarrollo de la oleaginosa, salvo en las regiones que llovieron más de la cuenta y causaron anegamientos e inundaciones.
Asimismo, el cultivo de segunda también se viene desarrollando en óptimas condiciones por lo que es crucial cuidar cada kilo. Y en este marco, técnicos de esta región resaltaron la importancia de proteger al cultivo de plagas y enfermedades que se dan en esta etapa de la planta.
En este sentido, hay alertas en soja de segunda por la aparición de la roya asiática de la soja (Phakopsora pachyrhizi) principalmente en el sur de Santa Fe y Entre Ríos. “En los lotes que trabajamos en el norte bonaerense no hemos encontrado, pero sé que se ha detectado el patógeno en campos cercanos. Los productores que hayan sembrado tardíamente, alrededor del 15 de enero, deben estar atento a los lotes que se encuentren en el período R5” destacó Diego Alvarez, socio gerente de Lares y responsable de los proyectos de monitoreo de la empresa que trabaja 170.000 hectáreas en el oeste y norte de Buenos Aires y sur de Santa Fe.
En efecto, advirtió que pueden generar mermas de rendimiento de un 20 al 30%. “Solo con la aplicación de un triazol se puede solucionar el problema a bajo costo. Hay que monitorear cuando la enfermedad esté cerca de los lotes porque se disemina rápidamente”, aseguró Alvarez, quien participó en una jornada realizada por Syngenta en Rojas, Buenos Aires.
Con respecto a cómo se desarrolló la campaña en soja de primera, detalló que este año fue predisponente para las enfermedades. “Cuando transcurría el período R4 en la mayoría de los cultivos las lluvias acumuladas eran de 300 a 400 milímetros. Por lo que se vio mancha marrón (septoria glycines), que es la enfermedad predominante de la zona, pero en este ciclo hubo mayor prevalencia”, relató. A su vez, apuntó que también hubo presencia de Mancha púrpura (Cercospora kicuchii).
Alvarez hizo referencia a que a pesar de que hubo una mayor manifestación de enfermedades, no se aplicó lo que se debería haber hecho. “Observando nuestra base de datos se tendría que haber aplicado en un 90% de la superficie. Pero cuando vas a la realidad, hablando con los productores y vendedores, el porcentaje de aplicación es mucho menor. El gasto que hace cada productor para el paquete de herbicidas hace que se cuide más en otras cosas”, explicó.
Mauricio Morabito, Gerente de Portafolio de Protección de Cultivos de Syngenta, asintió que hubo no se aplicó lo que necesitaba el cultivo. “Las fuertes lluvias en algunas zonas no permitieron a los productores poder ingresar con la máquina para las aplicaciones”.
Según el directivo, más allá de este año en particular, se aplica en promedio en el 50% del área de soja. “Ensayos de más de 10 años constatan que es muy difícil que con el extra de rinde que se obtiene no se pague el fungicida y la aplicación y se saque un beneficio extra”, dijo durante la jornada donde la empresa presentó su paquete tecnológico para soja y maíz e hizo foco en las buenas prácticas.
En paralelo, subrayó que con Miravis Duo, el fungicida de Syngenta para las enfermedades de fin de ciclo en soja, se puede obtener entre 10 y 15% de rinde extra. “No es que la aplicación de un fungicida decidirá el éxito del cultivo, pero sí se puede incrementar aun más el rinde”, subrayó.
En cuanto a las plagas, Mariano Luna, entomólogo del Inta Pergamino, explicó que en el norte bonaerense se está viendo una mayor presión de chinches que en años anteriores. En consecuencia, destacó que en la soja de primera, ya finalizando el ciclo, puede producir una depreciación de la calidad del grano y si el lote apunta para semilla, esta plaga hace que baja el poder germinativo. Y en la soja de segunda, que está en pleno llenado de grano, se puede perder rendimiento, sino se controla a tiempo. “Hace dos campañas que la presión característica de lepidópteros (isoca medidora) es baja”, señaló el técnico.
Una de los aspectos que quiso remarcar Luna es la calidad de aplicación para el control de esta plaga. “Hay que ocuparse que las gotas lleguen a la canopia. Para eso se debe regular bien la maquinaria”, culminó.
Por Esteban Fuentes | Clarin