Alta presencia de la oruga bolillera en la campaña sojera

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La oruga bolillera alcanzó una positividad superior al 80% durante la actual campaña de soja, según indicaron desde SIMA Agtech (Sistema Integrado de Monitoreo Agrícola), una aplicación Android que permite a los productores identificar plagas, malezas y enfermedades por medio de alertas en smartphones.

En este contexto, desde SIMA señalaron que, desde inicios de noviembre hasta fines de febrero, emitieron “alertas zonales” sobre la presencia de la oruga a unos 1.500 usuarios, y advirtieron el contexto histórico en el que se desarrolla esta plaga, que este año tuvo un importante impacto en el sector.

En las últimas 3 campañas

Al analizar el escenario de las últimas 3 campañas, se determinó que, durante la campaña actual, la bolillera tuvo mucha mayor presencia en los monitoreos respecto a las últimas dos, con un pico superior al 80% de positividad, a mediados de diciembre, en las alertas, para luego estabilizarse debajo del 40% a fines de enero.

Mientras durante la 2018/19 la marca máxima había sido de un poco más del 40%, y en la 2019/20 apenas se superó el 20% en el momento más crítico. Además, durante esta campaña, la detección fue anterior que en las otras oportunidades, ya que la problemática se advirtió desde principios de noviembre.

Distribución de la plaga 

Respecto al análisis de la positividad de los monitoreos en cada una de las regiones, SIMA reveló que, desde un principio, la zona núcleo fue la que siempre mostró los mayores niveles de positividad y es donde la plaga comenzó a atacar más temprano.

De hecho, en los mapas elaborados, pudo observarse la positividad por mes en cada una de las áreas productivas. Así quedó plasmado como, con el paso del tiempo, se fue dando la expansión territorial, para terminar en enero con una presencia generalizada de bolillera en todo el país. En tanto, durante febrero se vio cierto “retroceso” de la plaga.

Muestra

Los datos fueron obtenidos por el departamento de Data Science de SIMA Agtech, liderado por el ingeniero agrónomo Pedro Lafluf, a través del monitoreo de 3 millones de hectáreas.