Tras el fin del Dólar Soja, emerge el interrogante sobre qué pasará con la comercialización de granos y agromáquinas en el mercado argentino.
“Como en el cuento de la Cenicienta, sonaron las campanas a la medianoche del 30 de septiembre y tal como había anticipado el Hada Madrina los corceles volvieron a ser ratones y la carroza volvió a ser calabaza”, enfatiza Diego Palomeque, Director Académico de AgroEducación.
“Ha concluído éste experimento cambiario técnicamente llamado “Programa de Incentivo Exportador” que en la jerga del mercado se llamó Dólar-Soja”, agrega.
“El Gobierno terminará pagando $ 200 por aproximadamente U$S 7.000 millones, para luego venderlos a $ 145 al mercado”, indica Palomeque.
Fiesta
“No existe tal cosa como un almuerzo gratis´ decía Milton Friedman, éste tampoco lo fue: la fiesta la pagó el BCRA asumiendo en su hoja de balance la pérdida del diferencial cambiario y lo pagamos todos los argentinos porque ese diferencial se paga con emisión monetaria (que es el verdadero nombre de la inflación)”, remarca.
“Ninguna sorpresa, el mercado tiene una regla de oro: la comercialización de granos responde directamente a los incentivos que se le dé a los productores para que negocien sus inventarios”, señala Palomeque.
“Frente al atraso cambiario, el productor se sienta arriba de su stock. Cuando se reduce la brecha (el Dólar-Soja, en síntesis, fue algo de eso) las ventas fluyen. Lo que sucedió fue exactamente eso”, subraya Palomeque.
Transición
Ahora se plantea el panorama de cómo marchará el mercado sin un incentivo para la venta de soja.
“El gran tema a tratar acá es cómo seguirá la comercialización de soja en lo que resta de tiempo hasta que ingrese la nueva cosecha allá por abril 2023”, dice Palomeque.
Y en ese sentido, en el mercado se discuten 3 hipótesis:
Volver al Tipo de Cambio de $ 145/$ 150 para liquidar la soja desde octubre.
Salto “moderado” o “discreto” del tipo de cambio para generar liquidación de dólares por parte de los productores y otras cadenas de valor dolarizadas
“Si el Gobierno puede evitar el salto moderado, lo va a evitar hasta el fin de su mandato. Si no lo puede evitar por la dinámica de la macro de Argentina y sus fuertes desarbitrajes, ya es otro tema. Pero la voluntad política es que no haya tal salto discreto”, considera Palomeque.
Aceleración del “crawling peg”. Se llama en la jerga “crawling peg” a las microdevaluaciones diarias del tipo de cambio oficial, “arrimando” la tasa mensual de devaluación a un rango del 6% / 6,5%.
Posibilidades
Para el manejo de los riesgos en lo sucesivo, el Director Académico de AgroEducación, aconseja:
- Pararse sobre activos duros, de alta capacidad de ser convertidos en liquidez. Los inventarios, el mejor de todos. Por eso creo que terminado el Dólar Soja habrá una fuerte merma del apetito por vender de parte de los productores
- Siempre financiar una parte del capital de trabajo con deuda de mediano plazo, es un “seguro de vida” para las empresas calzar vencimientos de deuda contra flujos financieros que se generarán con cosechas posteriores al año 2023.
- Poner el Cash Flow, el Flujo de Fondos, en el centro de las decisiones. Los americanos hablan siempre de diferenciar los “Must” de los “Nice to Have” (algo así como diferenciar lo que es imprescindible invertir de aquellos que estaría bueno tener, pero no es imprescindible). Pues bien, cuando Argentina entra en zona de zozobra macro el crédito se restringe y se encarece estresando los flujos. Ser conservadores en el manejo de la liquidez de la empresa, de los mejores consejos que se pueden dar desde éstas líneas. (fuente MAQUINAC)