La continuidad de La Niña, al menos hasta fin de año, ya está confirmada, y con ello deviene como consecuencia que la sequía que asola a casi todas las zonas agrícolas del país continuará y podría afectar el inicio de la campaña gruesa.
Esta situación de incertidumbre y preocupación domina entre los productores, quienes buscan alternativas en el mercado de insumos para ser más eficientes en su producción, y lograr mantener un buen resultado en términos de kilos por hectárea.
En el caso del cultivo de soja, el primer paso clave para maximizar los potenciales es una correcta implantación y, “el éxito de la siembra se encuentra en una emergencia uniforme”, destaca la Ing. Agr. Virginia Barbuy, Asesora Técnica de Stoller Argentina.
De allí que, teniendo en cuenta que el máximo potencial de los cultivos se encuentra en la semilla, es fundamental conocer sus cualidades a la hora de sembrar, como su sanidad, poder germinativo y vigor, ya que estas características pueden sufrir cambios durante el almacenamiento.
En este marco, una primera aclaración que hace Barbuy es que “aumentar densidad de siembra, no compensa las fallas en las distribución espacial y temporal de las plantas, llegándose a contemplar mermas entre el 6% y 8% para cada caso”.
Por eso, Stoller propone como primera recomendación el tratamiento de las semillas con Stimulate, un bioestimulante con efecto fitorregulador, formulado con una combinación única que asegura un adecuado equilibrio hormonal y uniformidad en la emergencia del cultivo.
Beneficios
“La acción conjunta de los principales promotores de crecimiento que encontramos en Stimulate, implica distintos beneficios a la hora de la implantación, como aumento en la velocidad de emergencia gracias al efecto de las giberelinas, encargadas de movilizar las sustancias de reserva y evitar diferencias temporales y espaciales entre las plantas de un mismo lote”, explica Barbuy.
Y completa: “Las auxinas, por su parte, colaboran en un rápido desarrollo radicular, que ayuda a mejorar la eficiencia de absorción de agua y nutrientes, especialmente en años secos como el actual”.
Por último, “en sinergia con citoquininas, logramos estimular la división celular, promoviendo la formación y el crecimiento continuo de nuevas estructuras, impulsando al resto de la planta a desarrollar una arquitectura foliar más vigorosa asegurando mejor stand de plantas y lotes uniformes”, remarca Barbuy.
Según la representante de Stoller, el éxito de Stimulate está comprobado: ensayos realizados en diversos puntos del país, arrojaron aumentos de rendimientos que rondan el 7%, lo que significa 300 kilos por hectárea más de soja en relación a testigos en los que no se utilizó, con un retorno a la inversión equivalente a 13:1.
Por otro lado, Barbuy menciona otro beneficio muy importante de Stimulate: ofrece una protección ante la amenaza de “carry over” de herbicidas, que pueden generar fitotoxicidad.
“Es algo que muchas veces no advertimos, pero cada vez es más frecuente ver los efectos en los lotes, teniendo en cuenta que los suelos con menor contenido hídrico atenúan esta situación. Es por eso que el tratamiento con hormonas exógenas favorece al proceso de desintoxicación natural de las plantas, alentando a las mismas a sufrir menos el impacto de la condición estresante”, amplía Barbuy.