“En Argentina, de cada 100 vacas se destetan solamente 62 terneros. ¿Qué pasó?. ¿Dónde están esos terneros que no se destetan?”, planteó el Dr. Juan Carlos Aba, presidente de la Cámara Argentina de Productos Veterinarios, Caprove, quien compartió un plan para incrementar el rodeo vacuno argentino y lograr una mayor oferta de carne tanto para el mercado interno como para abastecer el negocio de la exportación.
Aba participó de la edición número 20 de la Cumbre de la Industria Veterinaria Argentina, Civa 2022, que organizó el periódico Motivar recientemente, con la participación de más de 500 personas. El presidente de Caprove integró un panel con los presidentes de las otras cámaras de la industria veterinaria Alberto Paz Polito, de Cadisvet; y Jorge Casim, de Clamevet.
En este marco, el directivo describió que en el promedio de la ganadería argentina se preñan anualmente 76 vacas (de cada 100), de las cuales se obtienen 72 terneros nacidos, pero se llegan a destetar 62, es decir que se pierden 10 animales entre nacimiento y destete. Dijo también que dentro de las 24 vacas no preñadas (sobre 100), en 10 casos se da por cuestiones vinculadas a la sanidad; los otros 14 son por falta de comida o por problemas de manejo.
Aba siguió el diagnóstico contando que hay un promedio de 4 terneros perdidos durante la preñez, siendo 3 de esas pérdidas “por sanidad”. En el caso de los nacimientos (72) hay 10 que no llegan al destete: de ellos, en 9 casos “es por sanidad”.
Esos datos los proyectó a todo el rodeo nacional, para alertar que si el total de vacas es de 22 millones “estamos perdiendo 4,4 millones de terneros”. Aba indicó que alrededor de 4 millones de bovinos más es el número que se estima que le hace falta al país para lograr “una producción eficiente que abastezca el mercado interno y el externo, sin tener distorsiones de precios”.
“En estos momentos, terminamos el período de cría marzo-octubre y entraron 14 millones de terneros en la recría. En este período los terneros ponen en juego 30 kilos de peso que se pueden perder a causa de las parasitosis”.
Pero, si se evalúa la estadística de uso de antiparasitarios a nivel nacional, Aba aseguró que, del total de 30 kilos que se ponen en juego, lo que ocurre en concreto es que “se pierden 15 kg por animal, que representan 210.000 toneladas en el total del rodeo, solamente por no atender bien una patología”.
Esa merma –y la suma de las pérdidas de preñez y de terneros no logrados- se traduce en una pérdida económica anual de 74.000 millones de pesos “solamente por parasitosis –insistió-. Si sumamos las enfermedades infecciones, reproductivas y metabólicas, tenemos una pérdida a nivel global de 260.000 millones en 2022”, advirtió el presidente de Caprove.
Plan Sanitario Productivo
Para reducir ese nivel de mermas analizado, Caprove diseñó y presentó el Plan Sanitario Productivo, que se basa principalmente en que los productores ganaderos incrementen su inversión en sanidad.
Según Aba, el promedio de inversión que hace el productor ganadero argentino es de 840 pesos por año por animal. De ese total, solo 546 pesos se destinan a la compra de medicamentos preventivos. “Un plan sanitario global mínimo para reducir esos 260.000 millones de pérdidas implicaría aumentar la inversión de cada productor a 1.041 pesos por animal”.
“En su conjunto, para evitar la pérdida de 260.000 millones, el productor debería invertir 26.000 millones en toda la cadena”. Aba indicó que esa apuesta tendría además “un alto rango de rentabilidad”, ya que la inversión de 1 peso más llevaría a 10 pesos de ganancia extra.
“Argentina produce 54 kg por animal por año frente a Estados Unidos que produce 124 kg/animal/año. La diferencia en la carcasa es más de 300 kg en los estadounidenses contra los 230 nuestros. Pero la diferencia fundamental es que ellos ‘medicalizan’ el 85% del rodeo y en Argentina el 52%”.
Aba cerró con un mensaje alentador, al contar que, desde el lanzamiento del Plan Sanitario, en 2007, se pasó de 90 millones de dosis por año a 125 millones de dosis de productos veterinarios. “Por lo tanto consideramos que tuvimos éxito”.
Balance de la industria en los últimos años
En el evento, Aba agradeció la colaboración del Senasa, a su presidente Diana Guillen y especialmente al trabajo realizado con Senasa Martínez, con el que se diseñó el protocolo de procedimiento para los controles etiológicos, así como la oficialización de la extensión del vencimiento a 3 años de ciertos productos biológicos.
Por otra parte, también agradeció la disposición que tuvo el Banco Central para que los laboratorios pudieran seguir importando materia prima normalmente.
Además, describió que este año las ventas globales de productos veterinarios alcanzaron a 81.000 millones de pesos con un crecimiento de 58% pero que sin embargo decrecieron 1,7 en unidades. “Acá está el problema que tiene el sector: no poder incrementar las unidades”, alertó.
Segmentados por categoría: el 47% de las ventas fueron para bovinos, pequeños animales, 21% (destacó el crecimiento en este sector); aves 19% y grandes animales (incluyendo cerdos y equinos) 7% y otros 6% respectivamente. En pesos, sería un total de 38,2 millones.