En la zona núcleo pampeana este año los acuerdos de arrendamientos agrícolas registraron un ajuste bajista de 1 a 3 quintales por hectárea de soja, con respecto de los valores negociados el año pasado, según un informe privado.
De acuerdo con el sitio Valor Soja, «los arrendamientos agrícolas quedaron segmentados en tres mercados bien diferenciados: ajuste parcial, fragmentación creativa y pauperización«.
En tanto, las bajas en los alquileres dependieron de la escala, aptitud del campo, historia productiva y confianza de largo plazo entre las partes. «En otras zonas pampeanas -con historiales de rindes agrícolas más erráticos- los acuerdos realizados en los últimos meses no parecen tener un patrón claro: se registraron acuerdos con quintales por hectárea de soja fijos (con bajas considerables con respecto a 2014), una base de estos con adicionales según rindes finales, y en algunos casos según escala de precios a cosecha», sostuvo el reporte.
Pero también hubo «acuerdos a porcentaje, muchos de estos últimos concretados por propietarios de empresas distribuidoras de insumos que ven en tales acuerdos una salida para evitar un derrumbe estrepitoso de la facturación o bien por productores tamberos, feedlots, que buscan hacerse de maíz en campos de la zona ante la perspectiva de una caída brutal de área de siembra del cereal«.
LA CONSTANTE EN LOS CONTRATOS
La constante, en casi todos los casos, es que el valor por abonar de los quintales de soja se determinan en función de la cotización del contrato de Soja Mayo 2016 del Matba (Mercado a Término de Buenos Aires) en una metodología que ha consolidado en las dos últimas campañas agrícolas.
Los plazos de pago también son una alternativa en las negociaciones con falta de efectivo, y hay ejemplos como en la zona de influencia de Trenque Lauquen (Buenos Aires) donde un campo de muy buena aptitud agrícola se negoció en 5 quintales por hectárea de soja a pagar en tres cuotas en los meses de junio, julio y agosto de 2015.
Pero otro establecimiento de similares condiciones se cerró en 7,5 quintales por hectárea de soja soja a abonar en cuotas desde septiembre de 2015 hasta abril de 2016, según indicó un artículo publicado en la última edición de la Revista CREA.
«Hasta el año pasado los propietarios de campos tenían algo de fuerza para reclamar al arrendatario que sembrara una parte del campo con maíz para cuidar el patrimonio suelo«, manifestó Valor Soja. Esa alternativa actualmente es viable, pero con un ajuste en caída delvalor del alquiler muy grande que la mayor parte de los dueños no campos no están dispuestos a convalidar.