Este nuevo incremento en el precio del gasoil representa para los productores agropecuarios un verdadero castigo que va a repercutir directamente en los costos de producción, sobre todo en las regiones del norte del país o aquellas de la Patagonia donde producir significa también transportar por más de 1.000 kilómetros la producción, como es el caso de la fruta del Alto Valle de Río Negro.
Según números elaborados por el área económica de CRA este aumento del precio de los combustibles (que contiene un 50% de impuestos) representa un costo adicional de $3.300 millones para el sector agropecuario. Por lo tanto continúan incrementándose los costos de la producción, vulnerando aún más a las zonas sensibles.
Este aumento se da en un pésimo momento para todo el centro del país, en medio de uno de los contextos productivos de mayor consumo para el campo, como es esta época de siembra de trigo y finalización de la llamada cosecha gruesa. Es también un duro golpe para las economías regionales como, por ejemplo, la del arroz donde es necesario el uso abultado de gasoil para producir.
Otras zonas aún no pueden salir de la crisis generada por las inundaciones, que repercute en caminos intransitables y cientos de kilómetros extras que deben hacerse para poder sacar la producción de los campos, agregando más costos en materia de combustibles.
Este tipo de medidas golpean la esperanza de una verdadera reforma impositiva integral, que CRA viene proponiendo para al sector agropecuario como una sincera salida que derive en un incremento de la inversión. Hoy cualquier producto que circula por las rutas de nuestro país tiene sobre su precio un 50% de impuestos de toda índole. Con un 40% de inflación acumulada y una meta estimada por el Gobierno, en el mejor de los casos, del 20% o el 22% para lo que viene, el productor tendrá para la cosecha próxima un desfasaje de precios que superará el 60%. Por eso este tipo de aumentos dan directamente en el centro de los ya ajustados márgenes productivos, sea la producción que sea.
CRA