Nadie es profeta en su tierra, salvo el médico veterinario Sebastián Vittone, quien en su provincia, Entre Ríos, impuso casi de manera masiva la adopción del sistema de autoconsumo para el engorde a campo, pero también para las categorías de cría y recría.
Se trata de un método que impulsa el engorde efectivo, pero sin contar con el corral como una necesidad imperiosa. Es que permite complementar pasto y suplementación en un solo espacio y bajo características excelentes de bienestar animal.
“Si bien el campo natural se adapta a la vaca, tiene limitaciones en el resto de las categorías por su baja digestibilidad y reducido nivel proteico”, destacó Vittone, quien argumentó: “La cría, la recría y el engorde pueden sobrevivir en un campo natural, pero sin expresar su ganancia al máximo. Para eso hay que complementar con granos y suplementos”.
En ese marco es que el autoconsumo se convierte en una herramienta inevitable y de gran autonomía. “El feedlot o engorde a corral requiere de gran estructura e inversión. Sin embargo, este sistema es mucho más práctico para el productor y además se puede controlar perfectamente”, indicó.
Feedlot vs autoconsumo
El modelo autoconsumo pudo resolver una parte importante del problema operativo y se convirtió en una nueva forma de suministrar alimentos en la ganadería a campo.
“En los últimos años fue necesario el uso de granos en dieta bovina para mejorar la eficiencia, y sobre todo la rentabilidad del negocio”, expresó el entrevistado.
Como ejemplo, el especialista del INTA Concepción del Uruguay, explicó que el autoconsumo es “el mejor socio” del destete precoz en una recría.
“Es un sistema tremendamente eficiente cuando se les brinda a los terneros raciones de alto valor nutricional o con buenos niveles de aporte de proteínas, como las dietas con expeller de soja”, graficó.
Por otra parte, diferenció el autoconsumo del encierre, al advertir que se trata de un modelo que mejora las condiciones de ambiente con un manejo adecuado. “Por una cuestión de escala, el autoconsumo no tiene el mismo nivel de inversión que un sistema de encierre a corral, pero es más amigable ambientalmente”, enfatizó Vittone.
Asimismo, otro problema que tienen los encierres tradicionales es el barro. Por eso un esquemas de rotaciones como este, reduce la formación de barro y la concentración de las deyecciones, terminando en un modelo conocido con el nombre de “feedlot ecológico”.
“Si bien este nombre fue muy resistido en un comienzo, ya que no es un engorde a corral ni tampoco produce carne ecológica, sabemos que asignándole al sistema entre 100 y 300 metros cuadrados por vaca es más amigable en todos aspectos”, aseguró el veterinario.
Planteo más amigable
En ganadería los planteos deben ser eficientes, seguros y sustentables. En respuesta a la necesidad de continuar con modelos económicamente viables y prudentes con el uso de los recursos del sistema agropecuario, nace el autoconsumo.
Es un modelo que atraviesa los tres conceptos: uso de forrajes concentrados para la producción de carne, supresión de problemas nutricionales asociados a la falta y/o alternancia de alimento y se reduce significativamente el uso de combustibles fósiles por no requerir de mecanización diaria para la distribución del alimento.
Además, en condiciones de asignación suficiente de espacio, se mitiga la contaminación del agua y suelo. Con la información disponible, hoy el autoconsumo se puede adaptar prácticamente a cualquier escala y modelo que requiera de la incorporación de granos para acelerar los ciclos productivos.
“La oferta a voluntad de alimentos concentrados ricos en energía y proteína a terneros de corta edades el mejor método de recría para asegurar su desarrollo y bajo costo de conversión”, estimó Vittone.
El control del consumo
La forma clásica de acostumbramiento a la oferta discrecional de raciones para rumiantes se inicia con el modo tradicional de reducción de fibra y oferta creciente de concentrados.
“Una leve restricción del consumo evita un aumento innecesario del costo de mantenimiento, mejora la digestibilidad del alimento y disminuyen las pérdidas del alimento por rechazo”, contó el investigador, pensando en el control del consumo.
Esa merma en el consumo se logra con la adopción de sal en las raciones. “En los sistemas de autoconsumo, el suministro de sal común puede ser una alternativa para restringir el consumo”, dijo.
En ese sentido, aclaró que el consumo controlado es fundamental y añadió que la inclusión de sal puede variar entre 5 y 60 % del alimento suministrado y depende del volumen de alimento que se espera que consuman los animales.
“La cantidad de sal necesaria para limitar el consumo es mayor en animales más pesados. En terneros de igual peso se necesita menos cantidad de sal para animales más jóvenes, en comparación con los más viejos. Ante el acostumbramiento es necesario incrementar la inclusión de este producto”, afirmó el disertante en la jornada técnica. (fuente Infocampo)