La gente de campo se caracteriza por la frontalidad en sus planteos. Es por eso en un nuevo Día Nacional de la Avicultura, nuestro sector necesita volver a solicitar de cara a la opinión pública que el Estado tome de una vez y por siempre la decisión de promover las transformaciones necesarias para acompañar el crecimiento de nuestra pujante industria.
Somos el 50% de la proteína animal que consume nuestro país. Alrededor de 134 kilos de proteínas de animal per cápita que se consumen en la Argentina. Huevo y pollo representan 67 kilos dentro de ese conjunto.
Necesitamos continuar con la apertura de nuevos mercados internacionales y diseñar un esquema de incentivos a las exportaciones.
Necesitamos la revisión del esquema actual en los tributos nacionales, provinciales y municipales que se solapan entre sí. Necesitamos que la banca pública facilite herramientas de financiamiento para continuar con la modernización, tecnificación y ampliación de nuestras plantas de producción y los sistemas de procesamiento.
Esa medida se aplicó para la producción y comercialización del pollos, pero no se implementó para el huevo y los ovoproductos.
La industria del huevo aún espera esa nivelación, y todavía confía en que las autoridades llevarán el criterio a buen puerto, logrando mejorar con esa rebaja el avance en la profesionalización, el mejoramiento de procesos y un punto fundamental para combatir la informalidad que cada día perjudica más a los que hacen las cosas bien y beneficia a los que están fuera de la ley.
Pese a estos contratiempos, aún tenemos la convicción de que trabajando en conjunto con las autoridades alcanzaremos las soluciones que necesita el sector.
Solo así podremos ser parte de las soluciones que la Argentina demanda, sumando nuestra experiencia, compromiso con el suelo, visión de empresarios generadores de empleo genuino y sustentable. (artículo de Javier Prida, presidente de la Cámara Argentina de Productores Avícolas)