Buen momento para la aplicación de fertilizantes en planteos ganaderos

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Las adecuadas condiciones hídricas, con pronósticos favorables y relaciones insumo-producto positivas incentivan la aplicación de fertilizantes en planteos ganaderos. Pero no menos importantes son otros aspectos relevantes del uso balanceado y estratégico de nutrientes sobre eficiencia de uso del agua, secuestro de carbono, control de malezas y mejora de la salud del suelo en los sistemas agropecuarios.

Los escenarios futuros exigen sistemas alimentarios sustentables y sanos. En los últimos cinco años, Argentina ha cuadruplicado sus exportaciones de carne aprovechando los servicios productivos, socioeconómicos y ambientales brindados por alrededor de 175 millones de hectáreas forrajeras, que incluyen 15 millones de hectáreas de forrajeras cultivadas. Sus niveles productivos son altamente variables, aunque en general los sistemas ganaderos presentan aspectos mejorables en el uso de los recursos ambientales. Pero ¿se puede incrementar la producción forrajera de manera sustentable?

Las forrajeras templadas de la región pampeana podrían producir, anualmente, entre 10 y 20 toneladas de materia seca por hectárea (t MS/ha) de forraje de calidad, pero lo usualmente logrado representa sólo el 30 al 50% de esos valores. Esto puede atribuirse a deficiencias en la siembra, en el aporte de nutrientes y el manejo del pastoreo. Buenas prácticas de manejo del pasto y presupuestación forrajera deben ser las bases para planificar estrategias racionales de fertilización en cadenas forrajeras.

¿Qué nutrientes limitan la producción de forraje? Las forrajeras templadas requieren dos a tres kg de fósforo y 20 a 30 kg de nitrógeno por cada tonelada de forraje. Altas producciones de forraje -15 a 20 t MS/ha/año- tienen demandas que difícilmente sean satisfechas con el aporte nativo que pueda realizar el suelo. Las leguminosas (alfalfa, tréboles, etc.) tienen la capacidad de abastecerse de nitrógeno a través de la fijación simbiótica, pero el proceso es dependiente del contenido de fósforo en las plantas. En pasturas y verdeos es reconocido el efecto positivo del fósforo para establecer los cimientos en la producción de forraje. Pero, el rendimiento logrado y la velocidad del rebrote dependen de la disponibilidad de nitrógeno.

 El invierno 2020 se presenta con adecuadas u óptimas reservas hídricas en los suelos de la región, lo que favorecería la eficiencia de uso de los fertilizantes (kg pasto producido/kg fertilizante aplicado). En el período que va desde otoño a inicio de primavera, con temperaturas medias del aire de 10 a 20°C, las respuestas al agregado de N serían de 15 a 30 kg MS/kg nitrógeno según recurso forrajero y ambiente. Esto equivale a entre uno y dos kg de carne o entre 15 y 30 litros de leche por kg de nitrógeno aplicado.
 Considerando el valor actual de fertilizantes y de productos, se requieren aproximadamente dos kg carne o 7 litros de leche para pagar 1 kg de fósforo y 0,7 kg carne o 2,7 l de leche para pagar 1 kg de nitrógeno. Asimismo, se debería poner en valor el impacto del agregado de N a fin de invierno para «adelantar la primavera».

Por: María Alejandra Marino (Docente de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNMDP INTA Balcarce. El artículo fue realizado junto a G.D. Berone y P.M. Errecart)