El Gobierno vivió como una victoria sobre los Estados Unidos la reapertura de ese mercado para las exportaciones de carne vacuna fresca.
En medio de una relación diplomática complicada desde que estalló la crisis de la deuda impaga a los fondos buitre, el Gobierno vivió como una victoria sobre los Estados Unidos la reapertura de ese mercado para las exportaciones de carne vacuna fresca, cerrado durante 14 años por un brote de aftosa en el país.
La Argentina le ganó a Estados Unidos un panel en la Organización Mundial del Comercio (OMC) por las demoras de ese país en reanudar las importaciones. Como el resultado del panel se haría público de manera inminente, Estados Unidos habría acelerado los tiempos. Sin embargo, fuentes oficiales de ese país le restaron cualquier connotación de «gesto político» hacia el gobierno argentino a la decisión sobre la carne y subrayaron, en cambio, que se debió a una medida técnica.
Ayer, el ministro de Economía, Axel Kicillof, brindó una conferencia junto a los ministros de Agricultura, Carlos Casamiquela, y de Relaciones Exteriores y Culto, Héctor Timerman, donde calificó de «injusta» la prohibición que mantuvo Estados Unidos para la carne fresca proveniente de la Argentina. Kicillof fue más allá al calificar de «éxito» el trabajo realizado en los foros internacionales -como la OMC- para lograr la reapertura y consideró que era un tema de «soberanía».
«En estos ocho años [en 2007 un organismo internacional reconoció a la Argentina libre de aftosa con vacunación al norte del río Colorado] perdimos 2032 millones de dólares en exportaciones a Estados Unidos, Canadá y México debido a una medida injusta, técnicamente equivocada y económicamente proteccionista», expresó el funcionario.
En este contexto, una fuente del Departamento de Estado norteamericano señaló que en la reapertura de ese mercado no hay un gesto político.
«La decisión del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos de modificar las regulaciones sobre la importación de carne forma parte de un largo proceso de evaluación técnica por parte de esta agencia. Dicho proceso comenzó hace tiempo y tuvo un primer hecho el año pasado, cuando se anunció el cambio de regulación para la carne proveniente de la zona patagónica de la Argentina. El tema no tiene nada que ver con un gesto político», dijo la fuente.
Según especialistas en ganadería, el país estaría en condiciones de realizar los primeros embarques en septiembre. Otros expertos creen que eso podría darse, en cambio, con la llegada del próximo gobierno.
Para Kicillof, la decisión de Estados Unidos generará exportaciones hacia ese mercado «de manera expeditiva» por unos US$ 280 millones.
Miguel Schiariti, presidente de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (Ciccra), consideró «ridícula» esa estimación del funcionario.
«Es una falta de respeto que el ministro Kicillof diga eso cuando la industria frigorífica se está fundiendo gracias al atraso cambiario y a las retenciones de 15% que aplicó el gobierno», dijo el dirigente de esa cámara, según consignó la agencia DyN. Antes del cierre del mercado, la Argentina le vendía 20.000 toneladas de una cuota, pero por fuera de ella llegaba hasta las 30.000 toneladas.
En tanto, Mario Ravettino, presidente del Consorcio de Exportadores de Carnes ABC, destacó que la apertura de Estados Unidos «trae aparejado también el reinicio de exportaciones a Canadá», que ofrecería una cuota de 11.000 toneladas.
CRÍTICAS DEL CAMPO
En un comunicado, Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), integrante de la Mesa de Enlace, criticó que «se haya presentado como un gran logro» del Gobierno la reanudación de los embarques.
Para CRA, «el gran enemigo de las exportaciones de carnes bovinas hacia el mundo ha sido el mismo gobierno nacional y sus políticas de cierre de exportaciones y permisos para exportar otorgados de manera poco transparente y discrecional, así como el impuesto a la exportación del 15%».
CRA fustigó que por octavo año consecutivo se incumplirá con la cuota Hilton de cortes de alta calidad a la Unión Europea y denunció que por la «burocracia» en la autorización de exportaciones hay «42 containers cargados con carne bovina varados en los puertos, con un costo de 5000 dólares por día cada uno».
Con la colaboración de Martín Dinatale