Claves para controlar a las chinches en soja

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Dentro de las plagas que afectan al cultivo de soja, el complejo de chinches merece especial atención para los productores porque tiene algunas particularidades que se han hecho más notorias en las últimas campañas y que amenazan directamente el rinde. Por un lado, su presión no ha disminuido como la de otros insectos. Por otro, la conocida como chinche de los cuernitos tiene unos hábitos biológicos distintos, por lo que su control requiere de una estrategia más específica.

«En el cultivo de soja, la problemática de chinches genera una merma del rendimiento y una baja en la calidad de la semilla. Es una plaga importante, sobre todo en las últimas campañas», dice Juan Pablo Cileiro, responsable del Servicio Técnico de Syngenta en la zona centro de la provincia de Buenos Aires. «Históricamente, las orugas defoliadoras eran las plagas más importantes, pero la presión de ellas ha disminuido y la de las chinches no. Por eso, hay que estar mucho más atentos a los monitoreos en los lotes que van con destino a semilla», agrega.

La magnitud de los daños que provoca el complejo de las chinches depende de varios factores, como la especie, la densidad poblacional, el estado de desarrollo de la planta, la susceptibilidad de los genotipos de la soja y la época de siembra. Pero, en mayor o menor medida, terminan afectando el rendimiento por disminución de vainas y del número y peso de los granos, además de incidir también en la calidad de la semilla.

Hay tres tipos de chinches que pueden afectar a la soja: la chinche verde, la chinche de la alfalfa y la chinche de los cuernos. Es muy importante que el monitoreo determine cuál o cuáles de ellas están atacando al cultivo, porque dependiendo de la especie puede variar la estrategia de control. «Las especies de chinches que están afectando a la soja han ido variando en los últimos 20 años. Antiguamente era la chinche verde la que más fácil encontrábamos en los lotes. Pero ahora ha ido tomando protagonismo la dichelops furcatus, también llamada chinche de los cuernitos, que aunque no necesita una dosis mayor, sí tiene hábitos biológicos diferentes. Esta chinche suele esconderse en el tercio inferior del cultivo o incluso debajo de rastrojos durante los momentos de mayor radiación solar, por lo que las aplicaciones deben realizarse preferentemente temprano en la mañana o a la tardecita, que es cuando sale», explica Cileiro.

El control perfecto

Para un control exitoso del complejo de chinches, entonces, es sumamente importante el monitoreo, una buena estrategia de aplicación y, por supuesto, un producto cuya efectividad está altamente comprobada.

Engeo es el insecticida de Syngenta específico para las chinches que atacan la soja. Este producto esta cumpliendo 15 años en el mercado y no ha perdido su liderazgo incluso con la entrada de genéricos los últimos años.

«Engeo está compuesto por Lambdacialotrina microencapsulada, con una tecnología que permite una liberación lenta, y Tiametoxam, que provee residualidad y, como es soluble, se mueve mucho dentro de la planta», señala Cileiro sobre un producto que lleva más de diez años en el mercado y que, según una encuesta de la compañía, es conocido por el 95% de los productores y fue utilizado alguna vez por el 85% de los encuestados.

Pero más allá del insecticida, Cileiro remarca la importancia del monitoreo y de las particularidades de esta plaga. «Generalmente el daño grande lo hacen durante las primeras etapas reproductivas del cultivo, es decir a partir de R3. Pero no ataca solo en ese estadio sino que continúa hasta entrada R5 y R6. Y no todos los daños de las chinches se pueden observar a campo. Las chinches, una vez que inician la población, generalmente no declinan: o se mantienen o aumentan. Por eso se está evaluando hacer controles por daño acumulado y no solo por las clásicas escalas de umbrales de acción», finaliza Cileiro.