Claves para una buena alfalfa

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La salida del verano es la fecha óptima para la siembra de pasturas. El INTA brinda consejos técnicos para implantar una leguminosa central para los tambos.

En la previa de la siembra de pasturas, los productores se preparan para volcarse de lleno a la implantación de la alfalfa, la “vedette” de la ganadería y, sobre todo, una especie clave para la producción tambera de la región centro.

Por este motivo, desde el INTA General Villegas dan las pautas importantes para una correcta siembra, poniendo énfasis en el cultivo antecesor, el cultivar que va a producir para conocer su ajustado manejo y las características de los suelos.

CULTIVOS ANTECESORES
En primer lugar, los técnicos indicaron que los cultivos de invierno como trigo, la avena o el centeno son los más indicados como antecesores de alfalfa porque permiten realizar una correcta preparación del lote. No obstante, otros buenos antecesores son el mijo o moha destinados a pastoreo o heno y los maíces para silo.

“La soja ha pasado a ser un antecesor de las alfalfas, aunque no es el más recomendable, ya que es común que se retrase la fecha de siembra y los resultados de la implantación sean variables”, señalaron desde el INTA. Por otro lado, manifestaron que para una implantación eficiente hay que lograr entre 150-250 plantas por metro cuadrado el primer año.

“Las densidades utilizadas son muy variables, desde 7 hasta 20 kg/ha, y no en todos los casos se logra un buen stand de plantas”. En esta línea, recomiendan usar el menor distanciamiento posible para lograr una mejor distribución de las plantas. Asimismo, subrayaron que es muy importante realizar el curado de la semilla. Además, el INTA General Villegas aconsejó realizar un control íntegro de plagas y malezas para una correcta implantación.

PLAGAS Y MALEZAS
Plagas

Haciendo referencia a las primeras, los pulgones y trips están entre las plagas más relevantes en implantación. Estos últimos producen pérdidas de plántulas de manera importante por lo que recomiendan monitorear frecuentemente para realizar aplicaciones con insecticida cuando se detecte la presencia de la plaga, aún cuando se haya sembrado semilla tratada.

Malezas

En cuanto a las malezas, advierten que se debe evitar sembrar alfalfa en lotes con infestación de malezas perennes de difícil control como son el gramón, pasto puna, cebollín. Pero si es inevitable sembrar en estas condiciones hay que programar la limpieza del lote con anticipación.

Para controlarlas, se realizan tres formas básicas de aplicación de herbicidas:

En presiembra realizando controles con glifosato, flumetsulam o 2,4-D,
En preemergencia para controlar malezas de hoja ancha con herbicidas como flumetsulam solo, o en mezclascon 2,4-D
En postemergencia: cuando la alfalfa tiene 3 o 4 hojas verdaderas se pueden hacer controles con flumetsulam solo o en mezclas con 2,4-D, o remplazarlo por bromoxinil o bentazón.
“Los pastoreos fugaces e intensivos pueden ser eficaces para el mantenimiento de la pastura libre de malezas”, destacaron.

CARACTERÍSTICAS DEL SUELO
Por último, las características del suelo también juegan un rol preponderante. En esta línea, desde el INTA relataron que el pH debe superar los 6,2 ya que valores menores afectan la producción. Sin embargo, informaron que con la técnica de encalado se corrigen los valores.

Luego, el nivel de fósforo adecuado es a partir de 25 ppm. Este nutriente es uno de los principales que limita la producción, y por su escasa movilidad en el suelo hay que realizar fertilizaciones fosforadas antes o durante la siembra. “Hacer análisis de suelo permitirá tomar decisiones a tiempo”, aconsejaron desde el INTA.

Fuente: Diario Clarín.