Con el avance del mes de marzo, se fue consolidando la neutralidad climática. La masa de agua más cálida que surge desde Sudamérica se ha movido hacia el centro del Pacifico Ecuatorial y ya la presencia de la anomalía fría es reducida. En promedio, aun se observan unas décimas de grado de enfriamiento. Sin embargo, como hemos observado durante marzo, estas anomalías oceánicas no tienen injerencia sobre lo que sucede en el sudeste de Sudamérica.

Es importante aclarar que a lo largo de todo el semestre cálido, el forzante La Niña, nunca logro instalarse en plenitud. Apenas durante dos meses de la primavera y el verano en su conjunto, las anomalías oceánicas estuvieron claramente sobreenfriadas, pero no con un rigor que pudiera ser definitivo en su impacto sobre la circulación atmosférica. Cuando se presentó el bloqueo anticiclónico que generó un fuerte secamiento en la zona central del país entre mediados de diciembre y gran parte de enero, este factor de escala planetaria se alineo en el mismo sentido, pero no fue el factor que estuvo en la génesis misma de la escasez pluvial.
Las herramientas que permiten modelar la evolución de las anomalías de la cuenca del Pacifico Ecuatorial central, dan cuenta de una situación que se afianza en torno de la neutralidad y si bien podremos ver a lo largo del próximo mes cierta alternancia de anomalías en la cuenca, lo más probable es que en la transición hacia el trimestre frío del hemisferio sur, ninguna anomalía sea dominante.
Por otra parte, vemos el litoral Atlántico aun con un sobrecalentamiento marcado. Esto es aún una fuente de humedad eficiente para cuando la circulación llegue desde el sector este y noreste. Por eso posiblemente vayamos a un resto de abril húmedo, aun cuando las lluvias no sean importantes en forma generalizada. La misma circulación de aire húmedo más mezclado con aire fresco, da como resultado una mayor eficiencia en la condensación de capas bajas, lo cual trae aparejado los fenómenos conocidos y el tránsito de nubes bajas.
Para establecer una tendencia climática trimestral a gran escala, siempre es efectivo analizar la posición actual y la proyección del indicador ENSO. En cualquiera de sus tres estados (El Niño, Neutral, La Niña), este es un predictor de largo plazo confiable, que permite perfilar el comportamiento pluvial y térmico para un período extendido. A pesar de las bondades de estas proyecciones, las mismas no eliminan las incertezas climáticas intraestacionales de estas variables, las cuales se van moldeando con el régimen de las perturbaciones de la escala regional, cuya actualización las monitoreamos constantemente con los comentarios semanales.
La primera incursión de aire frío potente de este otoño, en los primeros días del mes, ha sido perjudicial para la provincia de LP y el sur bonaerense, aun cuando gran parte de la zona presenta suelos con altos contenidos de humedad. En todo caso, el enfriamiento pudo haber sido más duro. Sin embargo, esta circulación de aire tan frío no se sostuvo. Es decir, no hemos tenido el anticipo de una condición térmica que se volverá persistente. Si tendremos varias jornadas influenciadas por la presencia de aire frío, pero la circulación del este noreste se mantiene muy activa. Naturalmente, las zonas del sur de la región pampeana son las que se mantienen más expuestas a los fríos más intensos en el comienzo de abril y estadísticamente estamos dentro del rango de aparición de estos enfriamientos tempranos.
Considerando las anomalías oceánicas dominantes tanto en el Pacifico Sur como en el Atlántico sur, no se ven condiciones anormalmente frías. En este sentido, la ayuda de los vientos del este y el noreste, pueden ser importantes para las zonas del centro donde aún no han llegado los fríos con capacidad de daño.
En cuanto a precipitaciones, hay muy pocos sectores de la región pampeana, que tengan una demanda de lluvia urgente. En este sentido, no es preocupante que no se perfilen eventos significativos en el corto plazo. Hasta mediados de mayo, son buenas las chances para que las áreas con potencial para ir a la fina reciban precipitaciones. Dado que no hay un sesgo negativo imponiéndose en la escala planetaria, no se plantean situaciones deficitarias que puedan consolidarse durante el próximo bimestre. Esto es una buena noticia para la fina cuando apenas estamos transitando el otoño y aún quedan oportunidades para fortalecer las reservas. En la práctica, esto se traduciría en un inicio sin limitaciones de humedad para avanzar con las siembras de los cultivos de invierno. (fuente Agrositio)