Cómo prevenir el ingreso de malezas resistentes al lote

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Las malezas de establecimiento otoño-inverno-primaveral en barbechos y en los cultivos de verano han aumentado su abundancia relativa en los últimos años.

Este incremento se debe principalmente al uso extendido de la siembra directa al que muchas malezas están adaptadas, al empleo casi exclusivo y continúo de glifosato para su control (inicialmente por su bajo costo comparado a otros principios activos, por ser un herbicida de control total o no selectivo y finalmente por la introducción de cultivos transgénicos con resistencia a glifosato), la escasa rotación de cultivos y la ausencia de productos químicos con nuevos mecanismos de acción.

Actualmente otro disturbio frecuente en los sistemas productivos es el uso continuo de herbicidas que comparten el mismo modo de acción; su uso lleva fácilmente a la selección de malezas de difícil control, ocasionando la presencia de malezas resistentes y tolerantes. Otras malezas se comportan de difícil control por realizar los tratamientos en estados de desarrollo avanzados (tardíos), lo que demanda del uso continuo de herbicidas para lograr controles eficaces. Por ello, el monitoreo de los lotes en barbecho o con cultivos implantados debe realizarse de forma permanente, no sólo cuantificando su abundancia, su estado de desarrollo sino también reconociendo las malezas presentes y de esta forma tomar una decisión correcta en el momento de aplicación y la selección de herbicidas a aplicar. Recordar que detectar en forma anticipada permite actuar con rapidez, con una mayor diversidad de principios activos disponibles y así obtener controles químicos eficaces y más económicos.

Una de las principales causas de ingreso de malezas al lote es la maquinaria agrícola y dentro de éstas el equipo de cosecha. Sobre todo de aquellos equipos provenientes de lotes con alta carga de infestación de malezas resistentes. Otras formas de ingreso son a través del hombre, animales, aves, corrientes de agua, esparcimiento de estiércoles de ponedoras o parrilleros que han tenido semillas de malezas en el alimento suministrado.

En estas instancias es donde toma mayor relevancia la limpieza de la cosechadora. Esta puede ser una “nueva labor” para quien realiza la cosecha que podrá llevar entre 2 a 3 horas; es un tiempo que se paga con creces pensando en la reducción de costos a futuro.

Una vez que se logran implantar las malezas resistentes en lote, su control presenta ciertas dificultades, sobre todo en la provincia de Entre Ríos por las dificultades de ingreso al lote que se presenta en épocas de precipitaciones intensas.

Sugerencias para la limpieza de la cosechadora

Ubicar la cosechadora en un lugar donde la descarga de semilla de malezas no genere un problema mayor.
Proceder a la limpieza con una sopladora tratando de que el flujo de aire llegue a todos los órganos de la cosechadora. Teniendo mayor cuidado en máquinas convencionales en la zona de sacapajas y zarandas dado que son sitios susceptibles de depósitos de semillas pequeñas. También es importante destapar y repasar cuidadosamente sinfines, pie de noria, cabezal y embocador.
Luego de completado el soplado de todas las partes de la cosechadora se pone en marcha activando el sistema de corte y trilla a velocidad de régimen generando un alto caudal de viento y vibraciones que terminen de eliminar las semillas alojadas en puntos de difícil acceso.
Con la máquina en funcionamiento, se hace pasar heno (partes de fardos o rollo) alimentando la plataforma por detrás desde ambos lados del embocador. La cantidad de heno a utilizar varía según la categoría de la cosechadora (25-75 kg). Favoreciendo así el barrido de semillas por todo el interior de la cosechadora.
Por último repetir el proceso de soplado con aire de la máquina para eliminar las semillas que no fueron barridas por el heno.
También se recomienda el soplado de tolvas autodescargables. Si bien este proceso de limpieza es un tanto más conocido para quienes se dedican a cosechar semillas es importante profundizar la limpieza dado que las semillas de malezas son más pequeñas. Las malezas resistentes constituyen un problema dado que afectan directamente la rentabilidad, tanto sea por mayores costos como por disminución del rendimiento.