Con el estancamiento de la lechería los tambos siguen rifándose

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Nada cambia en la política lechera, sus funcionarios se salvan y los propios tamberos se entregan al destino del martillo en cada subasta.

El viernes por la tarde los corrales de la Sociedad Rural de Rafaela se colmaron con los mejores ejemplares Holando de la principal cuenca lechera argentina, ya que con la convocatoria de la Cooperativa Guillermo Lehmann se desarrolló el segundo Remate de las Cabañas Lecheras.

Varias horas de subasta que debían servir como un espacio de celebración de la calidad argentina, encuentros que no dejan de ser sociales, contuvieron precios que no dejan de demostrar el estancamiento de la lechería, más allá de la cantidad de ventas que sorprendieron a muchos, aunque los valores estén detenidos en el tiempo.

Dentro de todo el material disponible en la jornada, una categoría que se destacó fue la de reproductores, consiguiéndose el precio máximo de $ 40.000, por un toro de Cabaña “La Lilia” de Onelio Barberis e hijos que fue adquirido por la firma de Martinich y Boasso.

En cuanto a las vaquillonas adelantadas se destacó un trío de ejemplares de Cabaña “La Lilia”, el cual fue adquirido por el Néstor Dupertuis a un precio de $ 30.500 cada una.

Por fuera de esas categorías, y dentro de los más de 450 ejemplares que conformaron el remate, se obtuvieron muy buenos precios.

INVERSIONES
Uno de los cabañeros sostenía en la fría tarde que “tal como los precios de la leche siguen siendo los mismos o más bajos que el año pasado, en el remate también se mantienen los números”, porque el sector no logra repuntar y esto se nota en la falta de entusiasmo en un evento que debería abrir la puerta de un invierno que prometerá gran producción hacia la primavera.

Pero los costos están preocupando, recién se terminan de hacer las reservas, aunque los precios del maíz favorecen a la hora de transformarlo en leche, el dólar irregular que rige los precios de los insumos, los constantes ajustes hacia arriba para el combustible, todo colabora a un marco cruel, donde el ya confirmado anuncio de muchas empresas de bajas en las liquidaciones que se entreguen en julio, sobre la leche de junio, de hasta 15 centavos por litro, son la estocada fatal para muchos.

Muchos se ilusionaron con que llegue la ayuda para todos, que se disponga algo similar, sin embargo no se logró nada; y si se convoca, tampoco se espera tanta modificación de actitudes, las que no se dieron en estos 12 años de gestión nacional.

Lo ideal sería tener políticas que puedan impulsar al sector, dejar de debatir siempre lo mismo, leyes posibles sinsentido, pero la voluntad no existe para cambiar el destino de un sector fundamental que se hunde trabajando y que debe soportar la hipocresía de quienes deberían decidir y siguen relatando inexistentes situaciones a los medios, sobre todo oficialistas; y luego en las reuniones se enternecen escuchando las historias tristes de los productores pero que no aflojan en nada para abrir las chances de salida.

Sin duda las cabañas que el viernes ofrecieron sus mejores animales van a volver a la Sociedad Rural de Rafaela del 20 al 23 de agosto para la 108va ExpoRural que se presenta este miércoles, para seguir dándole pelea a un sector tradicional.

“Las industrias hace diez años que no invierten en tecnología”, decía un productor sentado en el fondo de la carpa y seguidamente se preguntaba, “¿por qué tenemos nosotros que seguir perdiendo?”. Esta seguramente fue la lógica del productor y a la vez dirigente que la semana próxima desmantela su tambo y lo expone a remate. Salir del negocio es cada mes para decenas de tamberos, la alternativa para frenar la sangría y la angustia de cada mes.

VIENEN NUEVAS BAJAS
No hay un horizonte cercano de repunte, y será así que 180 vacas en producción, además de las instalaciones en un campo arrendado se venderán al mejor postor, componiendo un plantel de 447 piezas Holando de buenísima genética se sometan al martillo de la propia Coop. Lehmann el sábado venidero en las instalaciones ferias de Rafaela desde las 14 horas.

La angustia de cerrar una historia de mucho tiempo y que de definir un regreso dentro de un tiempo demandará muchísimo más, junto con ganas e inversión, representa el dolor sectorial.

Entre el coraje de los que luchan y el hartazgo de los que se van, la lechería argentina agoniza, la pasa mal como todas las otras economías regionales. Esto le saca la fuerza a los productores y le pasa la posta a los dirigentes que deberán en breve e inteligentemente organizarse para generar un reclamo serio, concreto y efectivo, lejos de los bloqueos de fábricas que están en similares condiciones y más cerca de los efectos que siempre quieren evitar los gobiernos cuando saben que desoyen a los afectados.

Sin reuniones en la provincia de Santa Fe, sin proyectos concretables en la Nación, desde el tambo se da la pelea posible, la que le alcanza a quienes están agotados de hablar siempre de lo mismo, de escuchar respuestas vacías y de ver tan de cerca la traición que se entregan a un destino trágico y a la vez absolutamente evitable, si la mansedumbre de las vacas no fuera lo que rigiera a la actividad.

O el tambo se defiende ya o su gente y el entorno de cientos de trabajos directos en cada pueblo se hundirán en un lodo irreversible.

Fuente: Lechería Latina.