Se estima una siembra nacional de trigo de 6,92 M ha, 1,4 M ha más que hace un año. Perfiles cargados, buenos márgenes y la necesidad de mantener gramíneas en las rotaciones en el centro y norte del país, tras el impacto de la chicharrita, anima las
intenciones trigueras y una siembra que puede ser un nuevo record argentino.
El trigo 2024/25 tiene el potencial de lograr una siembra récord. Tras la campaña triguera del año pasado, que empezó con uno de los escenario hídricos más ajustados de los últimos 15 años (se lo comparaba con la siembra del 2009), esta vez se parte con los perfiles cargados en gran parte del área productiva argentina. Y ahora el escenario de
siembra es comparado con el año 2021, el año en que Argentina por primera vez logró sembrar 6,9 M de ha y una producción de 23 Mt.
El área sembrada proyectada para el nuevo ciclo es de 6,92 millones de ha, por lo que podría constituirse un récord en caso de materializarse. El incremento sería de
25% frente al año pasado. Considerando las últimas 15 campañas, se pasaría de la que fue la octava menor siembra de trigo en el 2023 a la que puede ser la campaña más importante.
Con el nivel de tecnología que se aplicaría en este año y si el clima no juega en contra del cultivo, la cosecha podría superar los 21 Mt. De materializarse, se constituiría en la segunda cosecha más importante para la historia del cereal. El volumen estimado sale de tener en cuenta pérdidas de área en torno a 200.000 ha y un rinde promedio nacional de 31,5 qq/ha. Es muy importante destacar que se está observando una gran apuesta en fertilización este año, acorde al nivel de ventas de nitrogenados mayormente dirigidos a trigo, que es similar o incluso mayor que la del 2021 dada la relación actual trigo / urea. Esto es interesante porque si se concreta la siembra de 6,92 M ha y el clima juega favor, el
rinde promedio podría acercarse al del 2021/22. Como dicen técnicos y productores, «se están poniendo todos los recursos para tener una gran campaña triguera. El
clima tendrá la última palabra».
¿Cuáles son las oportunidades y amenazas del trigo 2024/25? Entre las oportunidades, en primer lugar hay que mencionar que las lluvias, que entorpecieron la cosecha gruesa durante marzo y abril, dejaron acumulados muy importantes tanto en el este como en el oeste de la zona agrícola argentina. Por lo tanto, el trigo parte con perfiles cargados a diferencia del año pasado.
También, como se espera un año con mayores niveles de humedad relativa, los impactos de la heladas tardías deberían ser más moderados que en los recientes años de falta de agua. Los márgenes trigueros que a principios de año mostraban malos números, mejoraron significativamente en los últimos meses. También la urea ha bajado y la relación
urea/trigo está en niveles similares al del ciclo 2021/22, ciclo de rindes récord y una fertilización inédita en Argentina. Se está consiguiendo financiación adecuada
para el cultivo. También hay una necesidad muy importante para hacerse de fondos antes de fin de año, tras las tres «Niñas» y el impacto que ha tenido la chicharrita en cosecha maicera, sobre todo en el centro y norte del país. Pero también la chicharrita empuja la siembra del cereal, ya que el trigo resulta ser la manera más segura de mantener las gramíneas en las rotaciones.