Ya comenzó la siembra de los cultivos de verano y los especialistas en plagas adelantan cómo será manejar este problema en un año “Niño”, para no perder rendimiento, sobre todo en un contexto económico difícil.
El cordobés Daniel Igarzábal, especialista en manejo de plagas, explicó que en los años llovedores, los problemas se suscitan después de diciembre, porque el fenómeno de “El Niño” se corta y a partir de ahí empieza un tiempo de seca que afecta a la soja cuando está en estado reproductivo, a cultivos de segunda y a los maíces que están en plena floración.
“No habrá grandes novedades en este ciclo, pero las orugas son un clásico y posiblemente, hacia el final del ciclo de los cultivos, se acumulen las chinches”, estimó durante un evento organizado por Dupont en Iguazú, Misiones.
En la región del NOA, la situación es más dificultosa. Allí hay dos complejos de plagas que vienen complicando a los productores en las últimas campañas y este año no será la excepción: picudos y orugas. “En los últimos años han tenido una evolución muy grande y se incrementó el número de especies dentro de cada uno de los complejos”, indicó Juan Carlos Morales, quien asesora campos en el NOA.
Morales recordó que hace 30 años que aparecieron los primeros focos del picudo chico. Luego, 15 años más adelante, apareció el picudo grande y, en el último tiempo, domina el espectro el picudo de la vaina (Rhyssomatus).
En cuanto al complejo de orugas, en la zona se imponen la anticarsia, rachiplusia, bolillera y ahora, la gran amenaza es helicoverpa armigera, una plaga que llegó desde Brasil.
En este marco, Jorge Morre, gerente de Investigación para el Cono Sur de la empresa organizadora, precisó que la problemática tiene diferentes particularidades en el NOA con respecto a lo que sucede en Pampa húmeda. “Hay mayor presión y adversidades específicas”, detalló.
Y aclaró que la presión del picudo, como la de la bolillera al momento de la implantación de la soja, es uno de los problemas más graves que enfrenta el principal cultivo argentino en susetapas iniciales.
Morre aseguró que el ataque de picudo en soja puede causar pérdidas de hasta 30% y el de bolillera hasta un 25%. “Si no se controla el problema a tiempo podría perderse la mitad del rinde”, advirtió.
En este contexto, Dupont presentó el insecticida Lumivia RA, un nuevo producto para el tratamiento de semillas, que controla picudo, bolillera y el complejo de defoliadoras.
“Es una nueva molécula con un nuevo modo de acción, diferente a los actuales”, explicó Morre. Además, aseguró que complementa el modo de acción de la soja Bt. Con el lanzamiento de Iguazú, la compañía se mete en este segmento de mercado.
Para finalizar, Igarzábal recomendó que, sobre todo en este contexto adverso, los productoresapuesten al monitoreo de las plagas. “Antes era un gasto y ahora es una inversión. El monitoreo es una radiografía de lo que está pasando y ahora hay que saber qué y cuándo aplicar. Sino hay plagas, ¿para qué aplicar?”, desafió.