El impacto de Rhipicephalus microplus por mal control de garrapatas sobre la producción ganadera, implica pérdidas importantes para el productor. Esto es debido a efectos deletéreos como la reducción en la ganancia de peso en bovinos en desarrollo y disminución en la producción de leche.
Pero también por daños en los cueros, mortalidad, morbilidad y transmisión de hemopárasitos causantes de la babesiosis y anaplasmosis bovina. Además, las altas infestaciones con esta garrapata favorecen el desarrollo de miasis.
Para el control de R. microplus se utilizan principalmente acaricidas químicos sintéticos. Pero su uso intensivo puede originar problemas como el aumento de la resistencia a los medicamentos y la acumulación de residuos químicos en la carne o la leche.
Por ello, con el objetivo de paliar estos efectos derivados de la aplicación de químicos sintéticos, el INTA quiere ir más a fondo. Ocurre que es posible utilizar métodos de control estratégico. Los mismos se basan en la aplicación de no más de tres o cuatro tratamientos durante la temporada en que la población de garrapatas es menos numerosa y más vulnerable.
Un estudio revolucionario
Por tal motivo, un equipo de investigadores coordinado por Santiago Nava, investigador del Instituto de Investigación de la Cadena Láctea (Idical, INTA-Conicet), desarrolló un estudio para analizar los efectos a largo plazo de las aplicaciones estratégicas de acaricidas químicos.
De acuerdo con el reciente análisis publicado en la revista internacional Parasitology Research, el control estratégico permite mantener un bajo nivel de infestación durante la mayor parte del año. Principalmente en los potreros utilizados por los bovinos tratados, siempre y cuando la población de garrapatas sea susceptible a las drogas aplicadas.
Sin embargo, se debe tener en cuenta que estos métodos no son aplicables cuando el objetivo es la erradicación de este parásito. “Estos esquemas se basan en la aplicación de tres o cuatro tratamientos anuales entre fines del invierno y fines de la primavera”, indicó Nava.
La lucha contra la resistencia
Según Nava, todos los compuestos acaricidas disponibles comercialmente “pueden ser empleados para el control estratégico de R. microplus siempre y cuando la población de garrapatas sea susceptible a las drogas escogidas”.
El investigador reconoció que debe evitarse aplicar “tratamientos sucesivos con drogas que tengan un mismo modo o sitio de acción”. Con esto se busca evitar una presión de selección que pueda conducir al desarrollo de resistencia. En otras palabras, es crítica la alternancia de grupos químicos.
Con respecto a las evaluaciones previas existentes sobre la eficacia del control estratégico contra R. microplus aplicadas en Argentina, cabe destacar que comprenden un período temporal limitado, 10 meses, sin evaluar cómo las sucesivas aplicaciones del control estratégico en años consecutivos afectaron la abundancia de garrapatas del ganado o el desarrollo de resistencia.
En latitudes subtropicales del norte de la Argentina, la dinámica del nivel de infestación con R. microplus en bovinos se caracteriza por un aumento en la abundancia desde mediados o finales de la primavera hasta el otoño. Para luego tener una marcada disminución durante el invierno y principios de la primavera.
Estrategias de control en áreas subtropicales de Argentina
Para desarrollar la investigación se llevaron a cabo dos de los tres ensayos de campo en El Colorado, provincia de Formosa. Mientras que el tercer ensayo se realizó en Colonia Tabay, provincia de Corrientes. Ambas localidades son representantes del área definida como ecológicamente más favorable para R. microplus en Argentina. Se caracterizan por un clima subtropical húmedo.
Los resultados de estos ensayos realizados entre 2017 y 2020 demuestran que la eficacia del control estratégico aplicado en tres años consecutivos fue significativa.
La infestación por garrapatas en el grupo tratado siempre se mantuvo en niveles bajos. Porque el número medio de garrapatas por bovino casi nunca fue superior a 20. Con respecto al ensayo en el que la tercera aplicación de acaricida fue diferida de primavera a verano, y la primera de finales de invierno a primavera, la eficacia del control estratégico también fue significativa.
Los resultados de este estudio añaden evidencia que respalda la sustentabilidad del control estratégico. Siempre en áreas subtropicales donde la dinámica poblacional de R. microplus se caracteriza por un marcado patrón estacional.
“Esto es debido no solo a que se alcanzaron buenos niveles de eficacia con no más de tres o cuatro tratamientos anuales. Sino también porque se mantuvo la susceptibilidad de las poblaciones de garrapatas a las drogas aplicadas”, concluyó el investigador. (fuente El ABC Rural)