En el último mes, la Subsecretaría de Control Comercial Agropecuario suspendió a tres entidades por irregularidades.
La figura de las cooperativas de trabajo que faenan hacienda quedó en la mira del Gobierno. En el último mes, tres de ellas fueron suspendidas del Registro Único de la Cadena Agroalimentaria (RUCA), que funciona en el ámbito del Ministerio de Agroindustria de la Nación.
A una cooperativa ubicada en Suipacha y a otra en Castelli, en la provincia de Buenos Aires, se les dio de baja luego de que los inspectores de aquel organismo comprobaran «faltas varias» en cuanto a la faena y a la documentación que debían tener. Después de regularizar su situación, ambas volvieron a operar.
La tercera es la Cooperativa de Trabajo 1° de Mayo, de Escobar, considerada una de las más importantes. Esta última sigue de baja y la nueva Subsecretaría de Control Comercial Agropecuario, que conduce Marcelo Rossi -ex presidente de la entonces Oncca, el organismo que vigilaba de cerca los mercados de granos y carnes-, tomó esa decisión tras corroborar con el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes) que hace dos años ese organismo le había retirado la autorización para funcionar.
En ese momento, el mismo Inaes informó al entonces Ministerio de Agricultura sobre este estado, pero las autoridades la dejaron seguir operando.
Aunque él lo niega, en el mercado le atribuyen influencia en el control de esta cooperativa a Jorge Martínez, un hombre que supo estar en el grupo de empresarios favoritos del ex secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.
Según han denunciado en reiteradas oportunidades las principales cámaras frigoríficas, bajo la figura de las cooperativas en los últimos años en realidad se estuvieron escondiendo pseudo cooperativas que, al no tener que afrontar cargas de impuestos a las ganancias e Ingresos brutos y aportes a la seguridad social, le plantearon una competencia directa a firmas que tenían todo en regla.
Luego de la disolución de la ex Oncca, en 2011, que fiscalizaba el comercio de carne, y en medio del cierre de frigoríficos, muchas empresas se hicieron cooperativas. Y Guillermo Moreno impulsó su creación con la excusa de mantener las fuentes de trabajo.
En la actualidad, hay 32 cooperativas de trabajo en el país que faenan el 10% de la hacienda. De ese número, en la provincia de Buenos Aires son 21 las cooperativas y representan el 11 por ciento de la faena.
La decisión de avanzar sobre la Cooperativa de Trabajo 1° de Mayo sobrevino luego de un trabajo conjunto entre los ministerios de Agroindustria de la Nación y de la provincia de Buenos Aires y el Inaes. Desde hace un tiempo, esos organismos, además de la AFIP, la Agencia de Recaudación bonaerense (ARBA) y el Ministerio de Trabajo, vienen intercambiando información en una comisión sobre cómo transparentar la actividad de las cooperativas que faenan hacienda.
En la Cooperativa 1° de Mayo, que faenó unos 11.000 animales en octubre pasado, habría unos 170 operarios. Precisamente, para buscar una salida que permita la continuidad laboral, los empleados están dialogando con funcionarios del Ministerio de Trabajo de la provincia.
Por lo pronto, Rossi, que a través de la nueva Subsecretaría de Control Comercial Agropecuario recuperó todas las funciones de suspensión, clausura y hasta de interdicción de mercadería que tenía la ex Oncca, dice que si la cooperativa se pone a funcionar como cualquier frigorífico, con todo en regla, no tiene inconvenientes en otorgar una matrícula. «Si cumple con la ley, no hay problemas, porque acá no estamos para perseguir a nadie», dijo Rossi, aunque aclaró que no podrá operar como cooperativa.
Por Fernando Bertello | Diario La Nación