Se trata de la harina de soja. En la tendencia influye, entre otros factores, la menor producción de colza en Asia, por el fenómeno de El Niño.
La harina de soja, que se procesa sobre todo en el polo sojero del Gran Rosario, es el principal producto de la balanza exportadora argentina y genera divisas por más de 12.000 millones de dólares al año, el 17% del total de las exportaciones del país.
La prestigiosa revista especializada en el mercado aceitero Oil World, que se edita en Holanda, y también fuentes del sector aceitero local, estiman que durante el 2016 la demanda de este producto va a crecer por la menor producción de harina de colza (también de almendra de palma) por el impacto del fenómeno de El Niño en Asia. Allí, al contrario de lo que sucede en este hemisferio, provoca graves sequías.
Es una tendencia que podría recuperar, al menos en forma parcial, la coyuntura de precios en el producto que más impacta en las exportaciones nacionales.
ESCENARIO PARA LA HARINA ARGENTINA
En la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), Julio Calzada, jefe de los economistas, también proyecta este escenario para la harina argentina. En los últimos cuatro años, la producción mundial creció más fuerte que el consumo. Pero en esta campaña las cosas cambiarían: la demanda (liderada por China, la Unión Europea, Estados Unidos, Brasil e India) podría incrementarse un 3,2% mientras que la producción mundial lo haría un 2,5%. “Si esto se consolida en los próximos años, podrían reducirse los stocks y subir los precios de las harinas oleaginosas. Es una buena noticia para la Argentina”, destaca Calzada.
En China, donde usan las harinas proteícas para criar cerdos y peces, se proyecta que van a necesitar 8 millones de toneladas más que la campaña pasada (78 millones de toneladas en total). El consumo crece por el vertiginoso ascenso del consumo de carne a partir del crecimiento de la clase media en las grandes ciudades del gigante asiático.
La Unión Europea, que es el principal cliente de la harina de soja argentina, en esta campaña demandaría cerca de 4,2 millones de toneladas más que hace 4 años. “Pasaría de 56 millones de toneladas consumidas en el 2012/2013 a 60,2 millones de toneladas en el 2016 y Estados Unidos, en igual período, demandará 3,2 millones de toneladas anuales más que hace 4 años atrás”, precisa un informe de la Bolsa rosarina.
El consumo de harina en EE.UU. es importante, lo mismo que el brasileño (que también crecerá este año en 3 millones de toneladas), porque el necesitar más este insumo en el mercado interno bajan su saldo exportable y puede aumentar la participación de los complejos de crushing argentinos, que lideran las exportaciones de harina a nivel mundial.
Casi toda la producción de harina de soja argentina se exporta (en 2015, 27,5 millones de toneladas) a más de 60 países. Los principales clientes son Holanda, Italia, España, Polonia e Inglaterra.