Crece la expectativa por los números de la campaña nueva

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Se palpita la llegada del informe mayo del USDA de mañana. Éste no es un reporte más: traerá las primeras proyecciones completas de oferta y demanda para la compaña 2015/16.

En esta última semana los cereales se estabilizaron en el mercado internacional, mientras la soja logró seguir sacándole terreno con sus precios al maíz. Esta situación está generando un valor del maíz demasiado barato frente a la soja, lo que implicaría un intento de «comprarle» área de siembra a la oleaginosa, o bien reflejar que la situación sojera es más ajustada en stocks que la de maíz.

La semana estuvo bastante vacía de novedades. El avance de la implantación, con clima seco de por medio, fue bueno, y se puede decir que el maíz se encaminó a tener el fin de semana el 70% sembrado y algo más del 20% la soja. La rápida siembra de maíz es el primer condimento necesario para pensar en altos rindes, y esto limita la posibilidad de mejora de su precio. En tanto, en soja, la siembra también va ganando ritmo.

En lo que hace a la demanda, las exportaciones semanales norteamericanas estuvieron dentro de lo esperado, pero con cifras de ventas al exterior tanto en maíz como en soja de cosecha vieja, que superaron el ritmo necesario para alcanzar el objetivo del USDA (Departamento de Agricultura de EE.UU.). Esto apunta a que habría espacio para la revisión a la suba de la cifra de exportaciones totales del WASDE (Reporte de oferta y demanda del USDA).

Al respecto se palpita la llegada del informe mayo del USDA de mañana. Éste no es un reporte más: traerá las primeras proyecciones completas de oferta y demanda para la compaña 2015/16. Hasta ahora se tenía el dato de intención de siembra, y los cuadros del Outlook Forum, que normalmente son un anticipo de esto.

La discusión pasará así a las cifras de la campaña nueva, perdiendo brillo los números de la campaña que viene terminando. De todas formas, para los stocks finales norteamericanos de cosecha vieja se esperan muy pocos cambios, 200.000 toneladas más de trigo, 900.000 más de maíz y 300.000 menos de soja. Luego de pasar por el filtro de la oferta y la demanda del nuevo ciclo, se espera que el USDA proyecte para la cosecha 2015/16 unos 12,1 millones de toneladas de soja, subiendo 2,3 millones y 2,8 millones menos de maíz, quedando las existencias en 44,5 millones.

A más largo plazo todo dependerá del clima. Los rindes que el USDA toma para proyectar son los que surgen de un crecimiento tendencial en productividad. Éste no es sencillo de lograr; se requieren condiciones climáticas muy favorables para hacerlo. A favor de la proyección, la implantación de maíz y soja viene rápido y sin problemas, pero el período clave es el reproductivo, que va de julio a agosto.

Pasando al plano local, las entregas de soja siguen a buen ritmo. En la última semana reportada al 7/5 los compradores habrían tomado casi 18 millones de toneladas de soja, un 32% de la cosecha contra sólo el 25% del año anterior, cuando las compras totales estaban en 13,8 millones. En tanto, si sólo se contemplan las operaciones con precio fijado, allí las ventas actuales están en 8,9 millones contra 9,3 del año anterior. Es decir que están atrasadas. En términos porcentuales se está en el 16% contra el 17% el año pasado, mostrando así el descontento de los productores con los precios. Especialmente si se tiene en cuenta que casi el 70% de la soja ya ha sido cosechada.

Esto está generando un diferencial muy grande de precio disponible respecto de noviembre. El viernes quedó en u$s 15 por tonelada, pero durante la semana se acercó a los u$s 20. En realidad, esto pone en evidencia la gran presión de entrega que hay, que deja muy tranquilos a los exportadores y las industrias, que no se ven obligados a pagar precios más elevados. Además, el valor de la soja noviembre de la Argentina está atrasado respecto de la posición noviembre de Chicago, por lo que cabría alguna suba adicional si la oferta se modera. El problema es que eso pasará solamente cuando concluya la trilla (que no falta mucho) y la presión de ventas para cancelar cuentas finalice.

Por Dante Romano* | Ambito Financiero
(*) Profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.