El mercado de trigo atraviesa momentos difíciles con una caída de la producción del 50% respecto al año pasado, algo que el mercado no esperaba en absoluto.
Por su parte, la exportación anotó ventas externas por 8,8 Mt para la campaña 2022/23, pero que no se van a poder exportar ya que se busca garantizar el abastecimiento del mercado interno.
En este sentido, el gobierno aplicó un roleo de DJVE para que se puedan cumplir los compromisos de exportación la próxima campaña, con una estimación propia de exportaciones efectivas para esta campaña de solo 5 Mt, consignó la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
Respecto a la nueva campaña 2023/24, llegó la hora de iniciar la siembras, pero el panorama no es muy claro. Las necesidades económicas del productor indican que se tendría que sembrar toda el área posible de trigo, pero las condiciones de reservas de agua en los suelos son malas en buena parte del área triguera salvo el extremo sur de Buenos Aires.
En abril, la anomalía de lluvias según el Climate Predictor Center (CPC-NOAA) muestra que las precipitaciones fueron entre 30 y 90 milímetros menos en prácticamente toda la región triguera desde el norte argentino hasta el sur de Buenos Aires.
Mientras que, para mayo, los pronósticos no muestran señal de que se compensarán las escasas lluvias de abril, pero el productor tendrá que sembrar donde sea posible sin reservas óptimas, lo cual quita potencial de rindes desde un comienzo. La llegada del Niño, no necesariamente significa que llueva lo suficiente o por encima de la media.
Esta última semana, la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (SAGyP) comenzó a publicar la evolución comercial de la nueva campaña 2023/24. El cambio en el patrón comercial es rotundo.
El año pasado a esta altura del año los productores habían comprometido 3 Mt del nuevo ciclo comercial, mientras que en este año solo se pactaron 235.100 toneladas.
El volumen comercializado que se alcanzó el año pasado a esta altura fue un récord y marca al menos dos cuestiones, por un lado, el gran aumento de precios del trigo tras el inicio del conflicto entre Rusia y Ucrania a finales de febrero (aunque el 48% fueron negocios “a fijar” precio) y, por otro lado, las expectativas de una buena producción que finalmente no sucedió.
Precios
En un contexto donde los productores no comprometieron un gran volumen de mercadería, la situación futura de los precios a cosecha estará supeditado a los factores internos y externos.
Por estos días, las caídas de precios se relacionan con una presión bajista en los mercados internacionales del trigo ante buenas perspectivas de cosecha en el hemisferio norte para el ciclo 2023/24, el que comienza en julio en dicha región.
En el mercado local, en el corto plazo comenzará a incorporar en las expectativas las hectáreas de trigo que se puedan sembrar y, pero habrá que ver qué sucede con las reservas de agua las próximas semanas y cómo se concretarán las intenciones de implantación de trigo 2023/24.