La cartera agropecuaria provincial lleva adelante una ronda con productores. La política de ordenamiento territorial, clave para la actividad.
La cartera agropecuaria provincial espera cerrar el próximo viernes en Deán Funes una ronda con productores ganaderos del arco noroeste, que ya transitó por otras estaciones similares en Villa de María del Río Seco, Villa Dolores y Cruz del Eje.
De esos talleres, los técnicos y funcionarios esperan extraer conclusiones, que volcarán en un documento, y trabajar en un plan de “ganadería 2020”, con acciones tranqueras adentro y también en la política sectorial.
En línea con este impulso oficial, las entidades que representan a los productores pretenden instalar el tema en la agenda de los candidatos a la gobernación, habida cuenta de que faltan pocas semanas para la elección provincial del domingo 5 de julio. En esa agenda incluyen la política de carnes y, de manera más específica, la de ordenamiento territorial ligado a la ganadería, se anticipa.
Después de las generosas lluvias del verano y parte del otoño en las áreas naturales del noroeste cordobés, hubo una explosión de pasto que dejó atrás la sequía de los años anteriores. El problema es que por razones climáticas y económicas, el rodeo ganadero declinó fuertemente. “En muchos ambientes no tendremos vacas que consuman ese pasto y tememos que en la primavera que viene el fuego vuelva a ser el principal ordenador”, advierten algunos productores.
El razonamiento sintoniza con uno de los puntos que en estas jornadas estuvo en debate: la necesidad de animar la inclusión de los sistemas silvopastoriles en el régimen de ordenamiento territorial. En las entidades rurales saludan la iniciativa del Gobierno provincial de apuntalar la infraestructura de caminos, viviendas y energía para las comunidades del noroeste. El vaso medio lleno se completaría con herramientas para el manejo y desarrollo ganadero como parte de la política ambiental. Tras el cambio de tendencia en el valor internacional de los granos, los márgenes agrícolas bajaron un 29 por ciento, en tanto que los de la ganadería bovina repuntaron un 20 por ciento, según el Inta Marcos Juárez.
Con el 13 por ciento del stock bovino, 568 mil cabezas y 28 por ciento de la superficie provincial (a valores de 2011, según la caracterización territorial que realizó Carina Sánchez, del Inta Manfredi), los departamentos del arco noroeste tienen por delante el desafío de mejorar la ecuación productiva: al momento de ese estudio, su densidad ganadera era de una cabeza cada 8,2 hectáreas (esto es, 0,12 cabezas/hectárea), contra el promedio provincial de 3,7 hectáreas (0,26 cabezas por hectárea).
Entre 2008 y 2011, según el trabajo de Sánchez, el stock bovino habría resignado entre cinco mil y 50 mil cabezas por departamento, con una sangría de 50 a 400 establecimientos.
A escala regional, un plan de reactivación permitiría frenar el éxodo social y recuperar el terreno perdido con nuevas inversiones y empleos.