El tema de las diferencias metabólicas y productivas en bovinos de carne o leche por el consumo de granos de cereales enteros y partidos, molidos o copos (corn flake), no es un tema nuevo para los especialistas en nutrición animal. Hay suficiente información en el mundo para asegurar que no se obtienen los mismos resultados con los granos partidos y los enteros, aún siendo el grano de maíz.
Tipo de animal
El animal joven (menor de 250 kg PV -peso vivo-) tiene el hábito de masticar más que un animal de mayor peso. Por ende, si se suministra un grano entero a un animal joven las probabilidades de que gran parte de ellos sean masticados son mayores (aumentará su aprovechamiento). Además, el tamaño del orificio o agujero retículo-omasal (ruminal) en ese ternero es similar al de un grano de maíz chato grande.
Composición de la dieta
A medida que se incrementan los niveles de fibra en la dieta (rollos, silajes, rastrojos, pasturas pasadas, etc.), el grano entero permanece en el rumen por más tiempo y tiene más oportunidades de ser masticado.
En cambio, si ese mismo grano entero es suministrado con un verdeo de invierno o una pastura tierna, cuyo tiempo de permanencia en el rumen es bajo (inferior a las 8-10 horas), la proporción de grano entero que terminarán en las heces es significativamente más alta, generando una importante pérdida de almidón (menor engrasamiento).
Niveles de granos de cereal
Cuando el nivel de grano que se suministra es igual o inferior al 0.5% del peso vivo (ej.: 1.5 kg de grano entero a un animal de más de 300 kg de PV), con cualquiera de los granos de cereal de tamaño grande se puede evitar la molienda, ya que las pérdidas de almidón difícilmente superen el 10/15% respecto a las que hubieran existido si los granos fueran molidos. Incluso, muchas veces no se observa ninguna variación en las ganancias de peso ni la producción de leche, usando grano entero, partido o molido.
En caso de emplear grano de cebada o avena o trigo de tamaño mediano a chico o grano de sorgo de cualquier tamaño, es necesario molerlo o aplastarlo siempre. De no ser así las pérdidas en heces pueden superar el 30% del grano suministrado. Sin embargo, si se va a suplementar con 1% del PV de granos de cereal, independiente del tipo o tamaño del grano, es conveniente «molerlos», porque las pérdidas de granos enteros o de almidón (harina) en las heces pueden superar el 20 % del grano consumido.
En cambio, cuando el nivel de grano es superior al 1.5 – 2% del PV es aconsejable darlo entero siempre para evitar empachos o acidosis y así evitar la muerte de animales. Esto ocurre, frecuentemente, en los engordes a corral cuando el nivel de los granos representa más del 50-60% de la materia seca de la dieta.
Si bien se observan mayores pérdidas de granos (más del 20-25%), por ende, menor aprovechamiento o digestibilidad de los mismos, ante el riesgo de tener mortandad es razonable optar por este camino.
Por problemas operativos
Muchas veces por problemas operativos se utilizan los «granos enteros» (ej: cuando no se dispone de una «moledora» o cuando hay otros trastornos-falta de personal, de acoplado, etc.-) que impiden moler los granos frecuentemente. En estos casos, se deben aceptar esas pérdidas y esperar una menor respuesta en producción de carne o leche.
En resumen, las diferencias de aprovechamiento a favor de los granos «molidos o partidos» se deben evaluar en cada sistema productivo. En todos los casos, el costo de la molienda nunca superará a las pérdidas en heces y, por ende, de producción de carne o leche.