Disminución drástica en las primeras intenciones de siembra de maíz

0

Las encuestas de la región núcleo manifiestan una disminución drástica en las primeras intenciones de siembra del maíz temprano 2015/16.

Entrando en la segunda mitad del mes de julio, las compras de insumos para producir maíz brillan por su ausencia. A esta altura del año en otras campañas se acopiaban semilla híbridas y fertilizantes. La rentabilidad del cereal tampoco entusiasma para su la inclusión en las rotaciones y la balanza se inclina hacia la soja.

Solo los productores que pueden darle valor agregado al maíz seguirán manteniendo la rotación y queda abierta la incógnita de qué pasará con el maíz de segunda. Las primeras intenciones de siembra en la precampaña de la gruesa reflejan que la oleaginosa ocuparía un 75% en las rotaciones y el área de maíz de primera bajaría un 40% respecto al ciclo anterior. Los campos bajo alquiler serán destinados a soja.

Los lotes trigueros crecen en muy buenas a excelentes condiciones en el 74% de los cuadros. El 90% está sembrado y restan los lotes con falta de piso para el paso de la sembradora. Prácticamente la mitad del área cultivada inicia o está en pleno macollaje, el 39% está en foliación y una menor proporción de lotes atrasados se encuentra en emergencia.

Las malezas están tranquilas por el momento y las heladas provocaron algunas puntas de hojas amarilla pero no repercuten en el rinde final. Los bajos recién sembrados de las zonas que recibieron más de 100 mm en la última lluvia evidencian pérdidas de plantas. Por fortuna, no es un área relevante.

Avanza lentamente la cosecha de maíz sembrado en diciembre y comprende el 71% del total sembrado en fechas tardías. Los rendimientos se sostienen en la franja de los 80-85 qq/ha.

Los valores de arrendamientos en general presentan ajustes a favor del arrendatario pero se sigue considerando un negocio riesgoso ya que los márgenes en soja aún no cierran con rindes normales. Los costos, principalmente el flete en los campos alejados de los puertos, junto con la alta presión impositiva, son los que debilitan las empresas y no incentivan el crecimiento; más bien a la supervivencia.

Fuente: Bolsa de Comercio de Rosario