Durante la presentación del Programa Argentino de Carbono Neutro para Alimentos, Bebidas y Bioenergías de Exportación ( PACN) en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, el subdirector ejecutivo de la entidad, Ramiro Costa, informó que «en siete meses a un año tendremos los primeros sellos de los productos con el balance de carbono».
Frente a un auditorio con más de 70 personas se presentaron las principales características del Pacn. De acuerdo a la iniciativa, esto incrementará la competitividad en los mercados externos. El programa es de carácter privado, voluntario y su objetivo es mapear la producción nacional de los alimentos, bebidas y bioenergías con el fin de alcanzar una certificación de balance de carbono de los productos argentinos de exportación.
Durante el evento se explicó que existe una multiplicidad de estándares ambientales, tanto privados como públicos que reglamentan las condiciones de acceso al mercado, por lo que es necesario considerar el nuevo paradigma productivo si se quiere vender más al mundo.
«Hay nuevos requerimientos de los demandantes. Este programa nos da la posibilidad de acceder a mercados que de otra forma estaríamos perdiendo. Lo importante es seguir manteniendo competitivos a los productos argentinos en el resto del mundo», sostuvo Costa. También se refirió a la necesidad de respetar las normas internacionales para que el sello sea validado por los demandantes.
Costa, además, contó que las expectativas del funcionamiento del programa son muy positivas. «Las empresas que producen bienes finales nos han estado llamando a las Bolsas porque quieren saber cómo sumarse», agregó. Si bien no pudo dar un porcentaje de adhesión al Pacn, adelantó que en los próximos 15 días lanzarán dos mesas sectoriales para avanzar con el programa.
«Es importante generar cálculos propios por tomar valores por defecto que no correspondan a las condiciones agroclimáticas de nuestra región y certificar los resultados dentro de un plan de gestión para posicionar de manera exitosa los alimentos y bebidas de la Argentina en las góndolas del mundo», dijo José Martins, presidente de la Bolsa de Cereales durante la apertura de la presentación. Luego se refirió al conjunto de entidades que serán las que darán operatividad al programa, que son las siete bolsas de cereales y de comercio del país.
Por su parte, Eduardo Serantes, coordinador del Foro Internacional Grupo Países Productores del Sur ( GPS), explicó que el programa consta de cuatro líneas de trabajo, que son la geopolítica de los alimentos, la integración regional, la seguridad alimentaria y el desarrollo sustentable.
También indicó que el desafió del programa es conocer, medir y certificar la emisión de gases. Además, resaltó la importancia comercial del programa, dado que los requerimientos de los consumidores han llevado a los diversos países y regiones a exigir la certificación del proceso de producción y los temas ambientales fueron cobrando cada vez más relevancia.
De la presentación participaron también Mario Acoroni, director institucional de la Bolsa de Comercio de Rosario; Jesús Silveyra, subsecretario de Mercados Agropecuarios; Julio Barrios Cima, gerente general de la Bolsa de Comercio del Chaco; Juan Pablo Durando, secretario de la Bolsa de Comercio de Santa Fe; Alicia Ruppel, gerente de la Bolsa de Cereales y Productos de Bahía Blanca y Juan Carlos Martínez, presidente de la Bolsa de Cereales de Córdoba.
Funcionamiento del programa
Sabine Papendieck, consultora en relaciones económicas internacionales, asuntos regulatorios y sustentabilidad, fue la encargada de explicar las principales características del proyecto. La especialista contó que el primer objetivo del programa es mapear ambientalmente los tres sectores en los que están centrados, es decir, alimentos, bebidas y bioenergías. «Para saber dónde estamos parados», añadió.
Durante la segunda parte del programa se implementará un mercado de bonos ambientales para financiar inversiones y generar activos trazables en la Argentina.
El trabajo del programa será a través de mesas sectoriales de adhesión voluntaria con productores, grupos, asociaciones y cámaras sectoriales. «La idea es que tengan representación geográfica y completa de toda la cadena de valor», agregó Papendieck.
Cada mesa tendrá un compromiso presupuestario y el acuerdo de un caso testigo. En un lapso de siete meses deberán definir la categoría de productor y el alcance del estudio de ciclo de vida del producto, seleccionar una metodología de cálculo del balance de carbono y sistematizar la metodología del cálculo de esa mesa testigo.
El resultado de estas mesas serán los Manuales de Sectoriales de Cálculo de Balance de Carbono y de Buenas Prácticas Ambientales.
El programa tendrá un esquema de tres sellos. El primero será de membresía, que será para los participantes de la Mesa Sectorial. El segundo, cuando la empresa individual llegue a la certificación del balance de carbono. El tercer sello certificará que se alcanzó la neutralidad de carbono a través de la implementación del manual.