Estrategias para reducir pérdidas y hacer la diferencia
En la campaña 2015 la superficie cosechada de trigo rondará los 4.000.000 de hectáreas. De mantenerse el promedio de pérdidas marcado en los últimos años en 115 kg/ha, quedarán tirados en el suelo 460.000 toneladas de grano de trigo, lo que equivale a 82,8 millones de dólares perdidos.
Reducir esas pérdidas en un 30%, de manera de no superar los 70 kg recomendados por INTA como tolerancia, significaría un aumento de las exportaciones de 24,8 millones de dólares, lo que justifica un esfuerzo de inversión y capacitación hacia la búsqueda de una rápida solución.
Las pérdidas, por partes…
Las pérdidas ocurridas en torno a la cosecha de cultivos pueden producirse en diferentes momentos y ser ocasionadas por múltiples motivos. Las pérdidas de precosecha promedio son de 15 kg por hectárea y eso se puede reducir a cero o aumentar considerablemente, adelantando o retrasando el inicio de la cosecha. El retaso de la cosecha no solo aumenta las pérdidas físicas sino también deteriora la calidad del grano y su valor en el mercado.
Pero hay pérdidas que ocurren como consecuencia del mal uso o falta de mantenimiento de las tecnologías y la maquinaria utilizada para la cosecha y es allí donde hay que tener mayores cuidados para aumentar la eficiencia de cosecha.
¿Cómo hacer para perder menos?
Resumidamente, las pérdidas en la cosecha de trigo se pueden reducir si se logran inversiones en desarrollos y equipamiento tecnológico que mejoren los equipos del parque de cosechadoras, con productores y contratistas más capacitados e involucrados con regulaciones periódicas de cosechadoras; además de evitar huellas y compactación en los lotes, distribuir uniformemente la paja y granza de todo el ancho de corte, cosechar datos georreferenciados con el monitor de rendimiento, como también segregar los granos por calidad y almacenar eficientemente el grano cosechado sin deterioro de la calidad.
Para evitar ver afectado su margen neto por causa de las pérdidas de cosecha, el productor debe participar activamente del momento de la cosecha realizando el control de pérdidas y verificando los ajustes necesarios tanto en el cabezal (que es el responsable del 50% de las pérdidas), y en el sistema de trilla y limpieza (donde se genera el 50% restante).
Para reducir las pérdidas “por cabezal” el INTA presenta una serie de recomendaciones respecto de la capacidad máxima de trabajo de cada máquina, la velocidad de avance de la cosechadora, la utilización de cabezales draper, la posición y velocidad tangencial del molinete, la elección del ángulo de ataque de la barra de corte y control de la luz entre cuchillas y planchuela porta cuchillas, la luz entre las chapas rascadoras (desbarbadoras) y la espira del sinfín, y la distancia entre las barras de las cadenas acarreadoras y el sinfín, entre otras cosas. Para reducir las pérdidas “por cola” o debidas al sistema de trilla y limpieza, es necesario regular la luz cilindro/cóncavo, la velocidad de trilla de cilindro o rotor, elección correcta del tipo del cóncavo, la apertura de la zaranda y de zarandón, posición del zarandón, regulación de la velocidad del viento evitando siempre el retorno al mínimo.
Uno de los principales factores a considerar para reducir las pérdidas de cosecha es respetar la capacidad óptima de trabajo de cada máquina para niveles de pérdidas tolerables, es decir la cantidad de toneladas por hora de material cosechado que cada máquina tiene la capacidad de procesar. Los monitores de rendimiento permiten ajustar la velocidad de la máquina en forma manual en función del flujo (t/h). En la actualidad algunas cosechadoras de última generación están equipadas con sistemas Reguladores de Flujo Automáticos, los cuales utilizan en el equipo diferentes parámetros como son la velocidad de avance, el volumen de material en la noria de grano limpio, la carga del motor y las pérdidas de grano. En base a esto, el sistema actúa en consecuencia, aumentando o disminuyendo la velocidad de avance de la maquina, manteniendo el flujo de alimentación lo más uniformemente posible frente a las variaciones del rendimiento del cultivo.
Entre las reglas generales más importantes que ocasionan la mayor cantidad de pérdidas es importante recordar que la altura de la barra de corte será siempre por debajo de las espigas más bajas y en caso de trigos volcados colocar kit de levantamieses. En las cosechadoras tradicionales es muy relevante no superar la capacidad de separación del sacapajas porque allí están las mayores pérdidas.
Cosecha de trigo según calidad: tecnologías para incrementarle valor a nuestros trigos
La industria del trigo está cada día más exigente y valora la calidad “panaderil” del grano mediante el nivel de proteína y peso hectolítrico del grano, por lo tanto contar con herramientas tecnológicas de análisis en tiempo real del contenido de proteína permite decidir a lo largo de la jornada de trabajo qué destino se le dará al grano, teniendo en la mano una carta estratégica para el manejo.
Actualmente es posible la medición de la calidad de granos en tiempo real durante la cosecha con un dispositivo instalado en la noria de la cosechadora que arroja los valores del grano en función de la fertilización, diferentes variedades, zonas de manejo, entre otros índices.
Con esta tecnología el productor podrá segregar durante la cosecha en función de la calidad del grano y la potencialidad de cada ambiente, con el propósito de lograr una bonificación en la comercialización. Trigos con más de 13% de proteína pueden obtener un plus del 20% más en su precio dependiendo del contrato, esto marca la importancia de conocer la calidad del trigo en tiempo real.
Además este monitor de proteína permite mapear y sectorizar el cultivo en zonas de diferentes calidades, pudiendo elaborar mapas de calidad productiva de los campos cosechados indicando, por ejemplo, el porcentaje de proteína, aceite o de humedad de las muestras en cada punto de muestreo.
El Proyecto Agricultura de Precisión del INTA lleva 9 años trabajando con este tipo de tecnologías y sirvió como base de experiencias para promover al desarrollo de un equipo de industria nacional a partir del año 2013, donde la institución junto a la firma TecnoCientífica, generaron un prototipo que ya ha sido testeado en la campaña 2013/14/15 en cultivos de trigo, cebada, soja y maíz durante más de 80 horas de trabajo a campo en más de 200 hectáreas, con la generación de resultados muy superadores a los del equipo estadounidense que se usaba anteriormente.
Trazabilidad del trigo
El futuro de la producción de alimentos va de la mano de la trazabilidad de procesos, dado que permiten agregarle valor al producto con la consecuente diferenciación del mismo, lo que te habilita para acceder a mercados especializados. En el país existen ejemplos de empresas que trabajan en este sentido, una de ellas es el caso de la empresa familiar santafesina “AgroTorresi S.A.” que desarrolló el primer paquete de harina de trigo que cuenta con toda la información referida a su producción almacenada en un sitio al que se puede acceder mediante un código QR impreso en el paquete del producto. Esto permite que el cliente pueda leer el código QR con su celular y acceder a toda la información relacionada a la producción de la materia prima, su origen y procesamiento industrial, hasta alcanzar el formato de harina que tiene en sus manos. Esto es posible gracias a las tecnologías de agricultura de precisión con que puede dotarse las cosechadoras que trillan los trigos de nuestro país.
Manejo de residuos en la cosecha
En planteos bajo Siembra Directa es fundamental lograr una distribución homogénea de la paja y granza que salen de la cola de la cosechadora (que en cultivo de trigo es de altos volúmenes). Una inadecuada distribución de este material puede ocasionar dificultades al momento de la siembra, ya que la cuchilla de la sembradora no logra cortar todo el material y lo empuje al fondo del surco, impidiendo el buen contacto de la semilla con el suelo.
Otro inconveniente es que no se logra una profundidad de siembra adecuada, ya que la paja y granza forman “un colchón” que aumenta la separación entre el suelo y la rueda limitadora de la sembradora, reduciendo la profundidad de siembra; lo que provoca fallas en la implantación o plantas desuniformes con caída de rendimiento (por ejemplo, en maíz).
Se deben utilizar sistemas de distribución de residuos con regulación de giro hidráulico, que posibiliten regular la intensidad de la distribución según se vayan produciendo variaciones en las condiciones climáticas, de modo de lograr distribuir correctamente el rastrojo.
En año niño, es importante estar preparados para cosechar con falta de piso
La cosecha de trigo de la presente campaña se presenta con expectativas de buenos rendimientos, pero con riesgos de sustentación a la hora del ingreso de los equipos de cosecha. Las abundantes precipitaciones en algunas zonas del país podrían generar inconvenientes al momento de la cosecha, con presencia de suelos «saturados» de humedad. Frente a esta situación de trabajo, el principal objetivo será aumentar la flotabilidad de los equipos de cosecha, reduciendo la presión específica (kg/cm2) de los neumáticos sobre el suelo, que puede lograrse disminuyendo el peso de la cosechadora como así también aumentando el ancho y el largo de pisada de su tren delantero y trasero.
Bajo estas condiciones, es importante estar preparados para la cosecha con algunos recaudos:
1. Mantenimiento del cabezal, para permitir un buen corte con alta velocidad ya que es una de las formas de flotar en terrenos con falta de piso siempre que la potencia de la cosechadora permita el correcto procesado del flujo de material alcanzado. Para mantener la velocidad indicada de avance, será necesario una correcta regulación de los órganos de trilla y separación; además de un correcto mantenimiento de los batidores y/o preparación de mixtos (dientes y barras).
2. En cabezales draper (que son más pesados), adicionar rodados a los cabezales, fijándolos en la viga inferior para que solamente trabajen en el momento del corte.
3. Cosechadoras preferentemente con doble tracción y con neumáticos radiales duales o triales. Para mayor seguridad con rodados de alta flotación sobre el eje delantero.
4. El eje trasero debería contar con radiales duales o mejor aún de alta flotación.
5. Cargar la tolva de la cosechadora a media capacidad y descargar en cabeceras seguras.
6. Las tolvas auto descargables también deben estar equipadas con rodados para alta flotación cargándolas a ¾ de su capacidad y descargándolas sobre camión fuera del lote, y los tractores deberán contar con doble tracción y neumáticos radiales duales.
Fuente: INTA E.E.A. Manfredi