El retorno de la humedad a los lotes agrícolas implica para los insectos plaga una mejora de las condiciones ambientales, por lo que es esperable una mayor actividad, como la que ya se observó en el centro oeste santafesino con el “bicho torito”.
En busca de una posible proyección, Campolitoral tomó contacto con el prestigioso entomólogo Jorge Frana, quien además de brindar una mirada sobre el tema reveló algunos datos sorprendentes sobre “el tema del momento” en la ganadería, como la posible intoxicación mortal de bovinos y equinos por ingerir Astylus atromaculatus o “7 de oro”.
“Si fuera el ‘7 de oro’ el causante de las intoxicaciones, todas las vacas de los departamentos San Justo de Córdoba y Castellanos de Santa Fe deberían estar muertas”, dijo el experto, de vasta trayectoria en INTA Rafaela entre 1977 y 2020, “porque siempre estuvieron en los ramilletes florales de la alfalfa”.
Incluso reveló que hizo un experimento que descartó la toxicidad del pequeño escarabajo. “Nosotros, en el año 1999, a raíz de una sospecha, hicimos un ensayo”, contó. Y si bien no utilizaron una vaca lechera por el costo del animal, probaron en terneros.
“Le dimos a consumir en forma forzada 150 Astylos por día durante 5 días a uno y a otro 300; y no hubo ni fiebre, ni hemorragia, ni diarrea; no hubo ningún síntoma”. Por esto consideró que ahora “se está errando el diagnóstico”.
Los peligrosos meloidos
Frana dijo que habló con los técnicos del INTA Balcarce, que llevan adelante la investigación, y les proveyó su información. Y apuntó que se señala a la “cantaridina” como sustancia intoxicante, pero aclaró “que es producida por otra familia de insectos, que son los meloidos (Meloidae)”.
Al respecto, remarcó “se sabe que un meloido causa la muerte de un caballo; uno solo”. Por lo tanto, supuso que “capaz que estén también en el ambiente y en muy baja proporción”.
Sin embargo, en el rumen de un bovino sería mucho más difícil de detectar. “Si buscás 7 de Oro en el rumen los encontrás fácil, ahora cómo haces para encontrar un meloido en semejante panza”.
El “uriburu” (Epicauta leopardina Haag)
En esta familia, explicó, se encuentra un insecto popularmente conocido como “uriburu” (Epicauta leopardina), que “era el que nos producía las ampollitas en la época del carnaval, fijate la coincidencia con el mes de febrero”.
Por las prácticas agronómicas, la destrucción del hábitat o “lo que sea, las densidades del uriburu u otros melodios como el bicho moro son bajas, difíciles de encontrar pero están”.
Al respecto, un viejo cuadernillo del Ministerio de Agricultura y Ganadería santafesino, del año 1957, da cuenta de la “toxicidad para el ganado”, así como de una invasión que sufrió la ciudad de San Justo entre 1954 y 1955 que demandó la acción de las autoridades municipales para su control.
Sobre la humedad. Cuidado con el bicho torito
En cuanto a la consulta original, Frana explicó que el bicho torito, como todos los insectos, depende la humedad en el ambiente y el suelo, porque evolutivamente reaccionan ante las condiciones ambientales. Y trazó una analogía: “¿podrían hacer un pozo con la sequía reinante? para ellos es igual”. Se refirió así a las dificultades que encuentran los insectos con suelos secos y duros. “El bicho torito en las tibias tiene como un rastrillo para hacer las galerías y se le van gastando, imaginen que en suelo seco se le gastan más rápido”.
Por eso, tras el retorno de las lluvias, “es posible que, a partir de ahora, empecemos a ver abundancia del bicho torito, emergencia de adultos, de apareamientos, de galerías hechas por las hembras”.
Y sobre el particular lanzó un alerta: “Y cuidado para quienes hicieron maíz de segunda, porque las larvas que van a ir creciendo hasta hacerse grandes en mayo o junio, ahí habrá que tener cuidado porque comen la raíz del maíz, le eliminan el anclaje y ante un viento fuerte cae la planta”.
Sobre otros insectos “latentes”, indicó que podrían reaparecer las langostas. “La humedad del suelo activa el desarrollo de embriones y es posible que si el año pasado hubo desoves, entonces en una semana o un poco más tengamos nacimientos”.
Viuda negra
El entomólogo también respondió sobre otro insecto que cobró relevancia en las últimas semanas, a partir de casos de picaduras que impulsaron un alerta en provincia de Buenos Aires por parte de la Estación Experimental Agropecuaria Cesáreo Naredo del INTA.
Si bien se trata de una especie que inyecta un potente veneno neurotóxico, dijo, “si ustedes detectan la presencia no se asusten; pero si saben que está, usen camisa con manga larga, puño y cuello cerrado”.
Frana explicó que el animal no ataca porque no considera al humano una presa, pero aclaró: “Si por accidente se nos interpone entre la prenda y nuestra piel ahí sí el animal siente esa agresión y reacciona para liberarse, y ahí ocurre la picadura”.
También echó mano a sus experiencias y contó que un año, mientras hacían una investigación en un sorgo, detectaron una inaudita densidad de estas arañas en el lote. “Cuesta creerlo pero había una viuda negra por metro lineal; sabiendo que estaban, todo ese verano fuimos con botas de goma, pantalones largos, camisa manga larga cerrada, pañuelo al cuello que cerraba bien el cuello de la camisa y no nos pasó nada”.
Incluso mencionó que citaron a técnicos del Museo Florentino Ameghino, de Santa Fe, que constataron la presencia del arácnido. “Cuando uno conoce al animal, sabe cómo comportarse”, reflexionó. (fuente El Litoral)