El cornezuelo es un hongo con capacidad de parasitar gramíneas y puede afectar gravemente la salud del ganado al ser ingerido. “Este problema, muchas veces subestimado, requiere un manejo preventivo para evitar complicaciones en los rodeos”, alertó un trabajo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria.
Uno de los aspectos fundamentales es monitorear las pasturas a campo, prestando especial atención a posibles infecciones endófitas del hongo, que pueden intensificar los efectos del estrés calórico. Por este motivo, es crucial asegurar sombra y agua de calidad para los animales, especialmente durante los meses más calurosos.
En caso de identificar presencia de cornezuelo en las pasturas, se recomienda evitar el consumo del forraje contaminado durante las semanas siguientes. Si no hay otra alternativa forrajera disponible, una opción es realizar un corte alto de la pastura, eliminando los esclerotos presentes en las espigas y reduciendo así el riesgo.
Además de las pasturas, es importante tener en cuenta que los hongos también pueden encontrarse en otros alimentos, como los barridos de semilla forrajera o el afrechillo de trigo. Detectar su presencia en estos productos es vital para prevenir problemas en sistemas de engorde a corral o tambos.
Un indicador clave de la presencia de cornezuelo es el comportamiento de los animales.
Esto se manifiesta en agitación, salivación excesiva, temperatura corporal elevada y una búsqueda continua de agua y sombra son señales de alerta que no deben ignorarse.
Frente a cualquier duda, se aconseja consultar a un profesional de confianza para tomar medidas a tiempo y evitar pérdidas productivas o problemas mayores en los rodeos.
La prevención y el manejo adecuado son la mejor estrategia para proteger la salud de los animales y garantizar la eficiencia de los sistemas ganaderos. (fuente Noticias AgroPecuarias)