Luego de haber mantenido a su personal en garantía horaria por el cese de comercialización de ganado, el frigorífico Black Bamboo Enterprises de la localidad de Hughes retomó este jueves la faena y hoy hará lo propio con el despostado y el cuarteo, aunque su presidente Matías Ferrari reconoció que la prohibición para exportar la producción genera una gran incertidumbre en el horizonte de la empresa. Tanto esta planta como el Swift de Venado Tuerto se ven afectados por las nuevas disposiciones gubernamentales.
“Tratamos de poner toda la creatividad frente a este conflicto que existe por la cancelación de las exportaciones, buscando los mecanismos para mantener la continuidad de la empresa a la espera de que se resuelva esta situación”, indicó el representante de la empresa en diálogo con VerTV.
El 80 por ciento de la producción cárnica de la planta ubicada sobre la ruta 8 se destina a la exportación, por lo tanto “es muy difícil transformar a un frigorífico de exportación de la noche a la mañana en uno de consumo local. Tenemos compromisos de largo plazo que cuesta mucho mantener en un mercado cada vez más competitivo y estas medidas intempestivas nos ponen en un contexto muy difícil”, reconoció Ferrari.
Este cambio de condiciones para el mercado exportador ya generó consecuencias en la empresa de capitales chinos: “Estábamos próximos a abrir una planta en Vivoratá, en la ruta 2 cerca de Mar de Plata, pero con este escenario no podemos hacerlo. Son 300 puestos de trabajo directos más lo que se genera alrededor”, lamentó.
A pesar del contexto desfavorable y la incertidumbre que existe de cara al futuro, Ferrari destacó: “Vamos a trabajar todo lo que podamos, todo lo que esté a nuestro alcance vamos a hacerlo para buscar alternativas, acumular stock. Estamos en una situación que nos pone en jaque, con mucha presión ante nuestros clientes internacionales, los bancos por las líneas de financiamiento que tenemos y nuestro personal que entiende que está en riesgo su puesto de trabajo. Estamos preocupados”.
Black Bamboo cuenta con 600 empleados y comercializa fundamentalmente a China, pero también a Europa e Israel y acaban de recibir la aprobación para vender a Estados Unidos.
Críticas al gobierno
El presidente de la empresa manifestó que ante la imposibilidad de exportar carne “vamos a tratar de comercializar soja no activada y otros productos para aprovechar nuestros canales de comercialización en el exterior. Nosotros no queremos ser un frigorífico chico y amarrete, sino tecnificarnos más, expandirnos y diversificarnos”.
Claro que las condiciones actuales generan más dudas que posibilidades de expansión y en el sector hay temor de que se repitan políticas que generaron graves consecuencias: “Entre 2006 y 2015 cerraron más de cien frigoríficos, se perdieron 12 mil puestos de trabajo y desaparecieron 18 mil productores ganadores, con una caída del 20 por ciento del stock de hacienda. Estas medidas no ayudan y así lo demuestra la experiencia. De esta manera no vamos a crecer”, apuntó.
Con respecto al elevado precio de la carne en el mercado interno, que fue el detonante de las medidas que tomó el gobierno nacional, Ferrari evaluó: “Los precios en la Argentina suben por la inflación galopante que genera el déficit del Estado, entonces asignarle a la industria cárnica la suba del precio de la carne no tiene rigor científico. La gente no puede comprar carne porque el peso no vale nada, no tenemos moneda y la gente se la saca de encima. La distorsión de precios se genera en que tenemos muchos tipos de cambio”, consideró. (fuente Venado24)