El INTA desarrolló un prototipo de rolo autopropulsado para silvopastoriles

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Destacado por ser más corto y maniobrable que los convencionales, Tatú MBGI permite mejorar la oferta de forraje y la accesibilidad, mientras se conservan los bosques nativos del Gran Chaco Americano. Este logro del INTA busca conciliar el impacto ambiental y económico en la región.

En los últimos 50 años, los seres humanos transformaron los ecosistemas para abastecer la demanda creciente de alimento, agua dulce, madera, fibra y combustible. Hoy, la presión ejercida por el hombre sobre las funciones naturales de la Tierra se vuelve insostenible. Así, surge la necesidad de un cambio sustancial de paradigma a fin de equilibrar el desarrollo económico con la naturaleza y demostrar que –a pesar de los prejuicios– ser productivo y sustentable, es posible.

En la región chaqueña, el desafío ya está planteado: lograr una producción ganadera y forestal ambientalmente sostenible en los bosques nativos del Gran Chaco Americano. Para ello, los especialistas del INTA diseñaron un prototipo de rolo autopropulsado que permite mejorar la oferta de forraje y la accesibilidad, mientras se conserva el ecosistema natural.

De acuerdo con Marcelo Navall –investigador del INTA Santiago del Estero–, “Tatú MBGI combina robustez, maniobrabilidad y seguridad para las tareas de rolado en montes nativos” y agregó que “se trata un equipo destacado que permite mejorar la oferta de forraje y la accesibilidad, mientras se conservan los bosques nativos del Gran Chaco Americano”.

En los últimos años, la ganadería tuvo una significativa expansión hacia la región chaqueña, adonde se encuentra el 80 % de los bosques nativos del país. “Las maquinarias disponibles y difundidas para aplicar desarbustados son, en general, muy anchas (más de 4 metros) y/o largas (con más de 10 metros), con poca maniobrabilidad”, especificó Navall.

“Si bien esta característica permite aplicar el tratamiento con un rendimiento satisfactorio, desde el punto de vista ganadero, genera importantes efectos sobre la vegetación natural, incompatibles con el manejo sustentable de bosques nativos”, reconoció Navall. A su vez, el investigador indicó que, por otro lado, “los equipos más chicos que hay disponibles, como tractores agrícolas adaptados, tienen frecuentes problemas y roturas, por su menor robustez”.

“Tatú MBGI intenta resolver esta problemática”, aseguró el investigador quien detalló que el equipo tiene un ancho de trabajo de 2,6 metros y un largo total (incluyendo pala frontal) de 7 metros, lo que lo convierte en el más corto y maniobrable del mercado.

Montado sobre un tractor Zanello articulado de 160HP, Tatú MBGI tiene un peso total de 10.500 kilogramos, distribuidos en un 60 % en el tramo frontal y en un 40 % en el trasero. Además, cuenta con protecciones integrales de cabina, motor y cubiertas.

“Todo esto fue posible gracias al financiamiento de la Dirección General de Bosques y Fauna de Santiago del Estero, la Ley Nacional de Bosques y a la empresa CMZ Zanello de Las Varillas, Córdoba, con quien firmamos un convenio de vinculación tecnológica”, indicó Navall.

En este punto, agregó que “con la empresa acordaron que se destine al INTA el 5 % de cada unidad vendida en los próximos 5 años, monto que se destinará a potenciar el trabajo de los equipos técnicos del INTA”.

“Hoy, el equipo está trabajando en nuestro campo experimental, donde además de buscar ajustes y mejoras, pretendemos dar un impulso a la producción ganadera de nuestro campo, en el cual tenemos más de 4000 hectáreas de bosques nativos casi sin intervención”, detalló el técnico del INTA Santiago del Estero.

“Esperamos que en el transcurso de 2020 se realicen ajustes de diseño y que a fines del año se pueda comenzar con su etapa comercial”, indicó Navall. (fuente Comunidad Campo)