Desde hace 9 años la Chacra Experimental Integrada Barrow (Ministerio de Desarrollo Agrario de la Provincia de Buenos Aires) lleva adelante estudios vinculados a la producción agroecológica en sistemas de gran escala, como en el caso de la cebada, uno de los cultivos más exigentes en niveles de calidad, dado que de ello depende la industria cervecera para elaborar su bebida.
Esos sistemas se caracterizan por la baja a nula aplicación de insumos químicos, el aumento de la biodiversidad y el fortalecimiento de los ciclos biológicos, entre otros.
En este sentido, la empresa Cervecería y Maltería Quilmes que tiene a la sustentabilidad como parte fundamental del negocio y busca generar un triple impacto positivo en la sociedad: económico, social y ambiental, se acercó al INTA, un organismo dependiente del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, en busca de conocimiento y experiencia.
Así, por un lado, se busca rediseñar el Campo Experimental que tiene la compañía en Tres Arroyos –Buenos Aires– y, por el otro, impulsar la agricultura regenerativa a partir de la adquisición de cebada agroecológica producida por nueve productores de Cambio Rural.
Según, Martín Zamora, coordinador nacional de Agroecología del INTA, “a partir de las primeras reuniones que tuvimos con la cervecería nos planteamos comenzar a trabajar colaborativamente para impulsar la agricultura regenerativa, acompañarlos en el proceso de adaptación del Campo Experimental de Cebada de la compañía y brindarles asistencia técnica y profesional para adaptar las variedades existentes de cebada a los sistemas productivos agroecológicos”.
Cabe destacar que Cervecería y Maltería Quilmes recientemente invirtió 6 millones de dólares en poder tener variedades de cebada que ahorran agua y gas, en el proceso industrial de la elaboración de cerveza.
Tras las reuniones que mantuvieron entre la cervecería y el Instituto, se firmó un convenio para realizar una serie de experiencias, con el acompañamiento técnico y profesional del INTA, para producir cebadas agroecológicas que no dependan de insumos externos y que se encuentren en sistemas productivos que busquen la regeneración de los recursos naturales: una agricultura agroecológica regenerativa.
“Los primeros cultivos se comenzaron el año pasado y recién este año comenzaron las primeras pruebas con cebada”, indicó Zamora.
Por su parte, el gerente de Investigación y Desarrollo de Cervecería y Maltería Quilmes, Antonio Aguinaga, expresó que decidieron trabajar con el INTA “por su amplia experiencia en esta línea de trabajo” y no dudó en asegurar que “en Barrow hay profesionales excelentes y estamos muy contentos con lo que se hace diariamente”. (fuente Infocampo)