Hay rumores de una fusión entre Monsanto y Syngenta. La valuación de la operación supera el monto total de las reservas de dólares del país que declara el Banco Central.
El mercado de semillas y agroquímicos está revolucionado desde que se alzó la posibilidad de que la mayor semillera global, la estadounidense Monsanto, y una de las compañías líderes del segmento de agroquímicos, la suiza Syngenta, se convirtieran en una sola empresa.
Según información que disparó la agencia Bloomberg, Monsanto se habría acercado a Syngenta con una propuesta de compra. Con una valuación de mercado de unos u$s 35.000 millones, Syngenta vale más que las reservas totales de moneda extranjera que declara el Banco Central de la Argentina.
Una fuente del mercado nacional de semillas que pidió no ser identificada indicó a El Cronista que «la única manera de que semejante operación pueda concretarse sería que las compañías dividieran lo más posible sus unidades de negocios en semillas, agroquímicos, y tratamiento de semillas, por ejemplo». De hecho, una fuente no identificada por la agencia internacional de noticias indicó que para salvar ese escollo, Monsanto pensó un plan de venta de algunas porciones de la nueva firma.
Las mayores preocupaciones podrían estar ligadas a la que sería una cuota de mercado sin precedentes en semillas de soja y maíz para la empresa combinada. Las divisiones de Syngenta en esas áreas atraerían a una variedad de compradores, de Dow Chemical Co. a BASF SE y Bayer AG, dijo Colin Isaac, de Atlantic Equities LLP. Hasta las firmas de capital riesgo mostrarían interés.
Sólo en la Argentina, Monsanto concentra el 50% del mercado de venta de semillas de maíz, y Syngenta tiene otro 15%. A nivel internacional, entre Monsanto y otra compañía, Pioneer, son responsables del 80% de las ventas de semillas de soja en los Estados Unidos, un segmento donde también opera Syngenta.
Por su parte, la compañía suiza sería para Monsanto un complemento perfecto en un mercado donde la estadounidense se queda atrás de otras empresas como Bayer y Dow: el de los fitosanitarios. Se trata de productos químicos para la protección de los cultivos. Allí, a pesar de ser el creador del herbicida glifosato, Monsanto pierde terreno.
FIN DE LOS AÑOS DORADOS
Es razonable pensar que el movimiento puede inspirarse en la necesidad de imprimir intensidad a un negocio golpeado por la baja del precio de los commodities. Las fuertes pérdidas en los valores de los principales cultivos presionan a la baja el precio de los insumos para producirlos.
Lo que las empresas están viendo es el fin de los años dorados a nivel internacional, con algunos agravantes en el plano local. La Argentina, el mercado más importante de la región después de Brasil y uno de los más relevantes a nivel mundial, redujo el área sembrada con maíz, pegándole de lleno al negocio de Monsanto.
Cualquiera sea el resultado, la industria agroquímica soporta presiones para fusionarse aún más, ante un crecimiento más lento y la baja del precio de las materias primas, dijo Martin Lehmann, gerente del Fondo 3v Invest Swiss. «Una transacción entre Monsanto y Syngenta marcaría el comienzo de más transacciones», sostuvo.
LAS CONVERSACIONES EXISTEN
Ambas compañías fueron consultadas por este diario sobre la posibilidad de que se concretara la fusión, e instruidas por sus casas matrices indicaron que no hacen comentarios sobre rumores o especulaciones. Según Bloomberg, las conversaciones existen y el dato hizo que la cotización de Syngenta tuviera su mayor suba en 6 años en la bolsa de Zurich.
Fuente: Cronista Comercial, Clarin, La Voz del Interior