A medida que pasan las semanas, los pronósticos agrometeorológicos que analizan las condiciones atmosféricas y de los océanos para predecir los fenómenos que podrían ocurrir en los próximos meses coinciden en ratificar la noticia que esperan los productores argentinos: la llegada del fenómeno El Niño.
De acuerdo con el último informe del Instituto Internacional de Investigación del Clima y la Sociedad de la Universidad de Columbia, uno de los organismos más prestigiosos en la materia, la probabilidad de El Niño escala a partir de junio y supera el 90% a lo largo del segundo semestre.
Esto significaría, a priori, condiciones de buenas lluvias al momento de definición de rendimiento de los cultivos de fina –trigo y cebada, fundamentalmente– y un perfil de humedad favorable para la siembra de los granos estivales.
Del mismo modo, un organismo gubernamental peruano denominado “Estudio Nacional del Fenómeno El Niño” (ENFEN) expresó que “basado en los datos observados hasta la fecha, así como de los pronósticos de los modelos climáticos internacionales, existe una mayor probabilidad del desarrollo de El Niño a partir de junio”.
En este marco, “se estima que las condiciones cálidas alcanzarían una magnitud débil hasta setiembre, seguida de una magnitud moderada en octubre”.
“Esto hace prever que El Niño en el Pacífico central tendría su mayor anomalía de temperatura superficial del mar hacia fines de 2023”, coincidió el ENFEN.