La industria de la maquinaria agrícola fue una de las primeras actividades fabriles a las que se le levantó la cuarentena dispuesta para enfrentar el coronavirus. Con estrictos protocolos de trabajo, los fierros para el campo se reactivaron y empalmaron con una buena disposición a invertir por parte de los productores y una disponibilidad de crédito con la que no habían contado en los dos años anteriores.
«Las fábricas están trabajando con protocolos estrictos, no hay contagiados y dentro de las empresas se tomaron todas las precauciones y se cumplieron todos los requisitos que pidió el gobierno», señaló el presidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma), Néstor Cestari.
El empresario, titular de la fábrica que lleva su nombre, destacó que la disponibilidad de crédito y el ánimo inversor de productores y contratistas alientan un moderado repunte del mercado interno. «Cada producto tiene su estación, los de cosecha se movieron más de lo esperado, teniendo en cuenta que se llegó a Expoagro luego de dos años sin crédito y en medio de una muestra que se cerró un día antes por la expansión de la pandemia a nivel mundial», describió.
En el mismo sentido, señaló que la venta de sembradoras está encaminada. «El Bapro volvió a poner los créditos de la muestra, el Banco Nación sacó ahora una línea muy productiva y estamos en charla con bancos privados de primera línea», dijo Cestari, quien enfatizó que en el negocio de la maquinaria agrícola, «el crédito es tan importante como el producto que se vende».
El año pasado, las ventas de maquinaria agrícola crecieron hasta el último trimestre del año. En el panorama global, explicó el empresario, hubo un crecimiento apoyado en la excelente producción de aquella campaña. Pero aseguró que este año, aun cuando la cosecha es buena, será vital el crédito.
Gustavo Crucianelli, titular del grupo fabricante de sembradoras que acaba de anunciar una inversión de casi u$s 11 millones, también destacó el repunte del mercado (ver página 3). «El sector está pasando por un momento bueno, las empresas de maquinaria están trabajando en su mayoría», dijo.
La película actual contrasta un poco con la foto del primer trimestre, influenciada por la macroeconomía y las primeras medidas de aislamiento social.
De acuerdo a un informe de los economistas Alberto Lugones y Emilce Terré, publicado en el Informativo Semanal de la Bolsa d e Comercio de Rosario, ya las unidades de maquinarias agrícolas vendidas en 2019 estuvieron por debajo del promedio de 2016-19. El primer trimestre de este año arrancó con caídas interanuales y una disminución de la participación de los bienes de origen nacional disminuyeron.
La caída interanual del primer trimestre fue «bastante lógica por el coronavirus», aclaró la Bolsa. Todos los grupos menguaron en cantidad de unidades vendidas., aunque las cosechadoras fueron las de peor desempeño (-22,97 por ciento). Los tractores cayeron 8,45 por ciento, los implementos 6,83 por ciento y las sembradoras apenas 2,19 por ciento. Este último rubro es el primero en despegar. Aun con la leve baja registrada, el volumen de ventas es superior en 12 por ciento al promedio del período desde al año 2016. En esta comparación, los implementos mostraron estabilidad.
Las cosechadoras y los tractores nacionales disminuyeron fuertemente su participación en el conjunto de ventas, tomando en cuenta los promedios trimestrales. De acuerdo a los analistas de la Bolsa, esto podría en explicarse en parte por las modificaciones en los precios relativos. «Según datos del Indec, tanto las cosechadoras como los tractores de origen argentino aumentaron mucho más sus precios que los de los bienes importados, justamente lo contrario sucede los implementos y es el único grupo de bienes nacionales, que mantuvo su participación constante dentro del total de ventas locales», señalaron.
El informe del Indec considera cuatro grandes grupos de maquinarias: cosechadoras, tractores, sembradoras e implementos. Dentro del último grupo se dan tres subgrupos: pulverizadoras de arrastre y autopropulsadas, implementos de acarreo y almacenaje de granos (embutidoras, extractoras y elevadoras de grano y acoplados tolva), y «otros implementos» (cabezales para cosechadoras, acoplados forrajeros, equipos de labranza, fertilizadoras, picadoras de forraje, moledoras, enfardadoras, rotoenfardadoras, cargadores y transportadores de rollos, desmalezadoras, segadoras acondicionadoras, rastrillos y cargadores frontales).
También la Fundación Mediterránea analizó, en un estudio elaborado por los investigadores Marcos Cohen Arazi y Fernando Kühn, la evolución del mercado de maquinaria agrícola en el primer trimestre de 2020. Las conclusiones que extrajo fueron las siguientes:
u Si bien en todos los rubros crecieron las unidades vendidas en 2019, lo cual determinó que se considere razonablemente bueno», en el primer trimestre de 2020 las ventas en términos interanuales caen en todos los segmentos. Las caídas ocurren a diferentes velocidades entre los rubros. En términos desestacionalizados, las ventas de sembradoras presentan un crecimiento trimestral positivo. En el resto, se confirma caída en las ventas.
u Las perspectivas del sector, no obstante, no son tan sombrías. Esto es así pues las empresas desde comienzos de abril tienen permitido operar y atienden a un sector considerado «esencial» (producción agropecuaria y con gran incidencia exportadora).
De acuerdo al informe de la Mediterránea, en comparación con otros sectores industriales, el sector de maquinaria agrícola se encuentra en «situación intermedia», pues en este contexto macroeconómico «las inversiones pueden verse frenadas pero su demanda no está bloqueada».
En este sentido, las cifras del sector en los próximos meses seguramente serán mejores que las de industrias consideradas «no esenciales» (cerradas o de consumo postergado con motivo de la pandemia).
En lo que hace al origen de los equipos que se venden en el país, se resalta que, tanto en cosechadoras como en tractores, crecen las ventas de origen importado, mientras que las de origen nacional caen muy fuerte. La dinámica es similar en implementos, aunque con movimientos de menores proporciones.
La proporción de maquinaria agrícola nacional sobre el total de unidades vendidas viene cayendo tendencialmente en cosechadoras (43 por ciento en 2020 comparado con 72 por ciento en 2016) y tractores (60 por ciento en 2020, comparado con 90 por ciento en 2016).
En implementos agrícolas, la proporción de maquinaria nacional en las ventas mantuvo una relativa estabilidad en el período (83 por ciento en 2020).