Las exportaciones de máquinas agrícolas argentinas padecen la piedra en el zapato que representan las condiciones de la macroeconomía.
Como ocurre con otros sectores de la industria, las fábricas de equipos para el agro tienen que luchar con factores que restan competitividad.
La empresa que exporta está obligada a entregar al Banco Central los dólares que cobra por la operación, al tipo de cambio oficial.
Los insumos para producir, generalmente, están referenciados en dólares, pero con otra cotización.
Además, están las retenciones, es decir, los derechos de exportación. Y se agregan los costos de los fletes.
Complicaciones
Las dificultades para sostener las ventas en el mercado externo por la falta de competitividad, son explicadas por Gabriel Richiger, Presidente de la empresa que tiene su sede en Sunchales (Santa Fe).
“Nuestras máquinas son muy buenas, pero resultan caras”, subraya.
“Tenemos un tipo de cambio con inflación en dólares, entonces hoy el precio nos pega muy duro al momento de cerrar el negocio; lo que nos resulta complicado a veces”, agrega.
“Nosotros exportamos el 30% de nuestra producción, y tenemos gimnasia entrenada para planificar y cubrir cada mercado según su necesidad”, destaca Richiger.
“Pero esta circunstancia que estamos pasando no es buena”, añade.
“Somos líderes en el mundo y es importante continuar asistiendo e innovando, pero necesitamos poder poner el precio que corresponde”, remata Richiger. (fuente MAQUINAC)