En el ciclo 2020/21 la soja busca pisar fuerte en la zona núcleo

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El mercado centra su mirada en el devenir climático de Estados Unidos. Los cultivos de verano atraviesan las etapas fenológicas iniciales y el mercado de granos actúa en consecuencia con una volatilidad ascendente. A nivel local, se diluyó el pase de soja a noviembre y se observan valores más atractivos para maíz hacia fin de año, advierte Eugenio Irazuegui, responsable de Research de Enrique R. Zeni y Cia.

«La ventana de tiempo seco de principios de mes ha quedado atrás en las áreas productivas de Estados Unidos. En la medida que ampliaba el horizonte de previsión meteorológica, se fue consolidando el arribo de un frente nuboso con una creciente probabilidad de precipitaciones. Esto disipó la incertidumbre a eventuales restricciones hídricas hacia la segunda quincena del mes, etapa de especial importancia para el desarrollo de los cultivos gruesos en este país», puntualizó el analista.

Ante este escenario, el mercado de Chicago toma nota del cambio de expectativas —con un patrón cálido, pero más húmedo— y desencadenó importantes caídas de precios a principios de la semana previa, producto de la reducción de la prima climática asimilada en ruedas previas. La contraparte estuvo ligada al mayor interés de compradores en la plaza internacional, con China ganando protagonismo. La nación asiática aprovechó la corrección en CME al cerrar numerosas operaciones de importación recientemente, tanto por cargamentos de soja como de maíz», apuntó Irazuegui en su informe.

Como dato a tener en cuenta, oficialmente se notificó una venta de maíz desde Estados Unidos hacia China por 1,762 mill.tn. Es un monto más que generoso para ser una transacción diaria valuada en alrededor de u$s 235 millones. La operación quedó pactada para embarcarse durante la campaña comercial 2020/21, es decir, a partir del 1° de septiembre. A esto se sumaron negocios por soja que, en las últimas cuatro jornadas hábiles, alcanzaron 1,04 millones de toneladas. La sucesión de operaciones de este tipo da mayores indicios de cumplimiento de la fase 1 del acuerdo comercial entre las dos principales economías del mundo.

«Los vaivenes externos se ven trasladados en el ámbito doméstico, aunque con una oferta más retraída en el caso de la soja. De hecho, los valores negociados para descarga inmediata están igualando a los operados a noviembre en el Matba Rofex, paridad que no se observaba desde 2014. El spread promedio de los cinco años precedentes resultó de 9,60 u$s/tn a estas instancias de julio», detalló el responsable de Research de Enrique R. Zeni y Cia.

El pase fue diluyéndose hasta quedar neutralizado, es decir, el productor está habilitado a abrir espacio prácticamente sin costo, entregando su cosecha y quedar comprado a noviembre si así lo prefiere. Además, adelanta liquidez y el precio final queda sujeto a la evolución del contrato nov-20, mediante el cobro o pago de las diferencias en el término, según corresponda. Actualmente están cotizando a la par en torno a los 239 u$s/tn.

El mercado físico de maíz, en cambio, está exhibiendo una elevada disparidad según las condiciones de entrega, con un pase que está cotizando en un rango de 10 a 20 u$s/tn para contratos forward a noviembre y diciembre por sobre el segmento spot. La exportación llegó a pagar hasta 145 u$s/tn (para luego bajar a 140 u$s/tn) en los meses citados para descarga en las terminales del Up-River. Superan cómodamente los valores negociados en el término y las paridades teóricas, contemplando derechos de exportación y una estructura de costos de fobbing promedio.

«Existe la posibilidad de comprometer la mercadería, cosechada y acopiada, con la exportación y, al mismo tiempo, permanecer abierto a capturar eventuales ganancias en el mercado. Esto resulta factible dado que aún queda camino por recorrer para la definición de los cultivos en territorio norteamericano, un partido que define la oferta del productor y exportador líder», puntualizó.

En tanto, Dante Romano, sostiene que el mercado de granos sigue atentamente las muestras de mayor demanda tanto de soja como de maíz de parte de China. Ya se venía viendo la situación de soja, a lo cual se le suma ahora el maíz. De todas formas se habla de que el país oriental pasaría de 2 a 6 millones de toneladas sus importaciones. Porcentualmente es mucho y se trata de una señal fundamental significativa, pero los tonelajes no son tan gravitantes. De todas formas esto generó un nuevo raid de compra de especuladores.

En el mercado local en tanto a la situación externa sostenida se suma el interés de compradores por originar mercadería para fin de año. Esto genera precios interesantes y dispara ventas de productores. En tanto en soja pasa todo lo contrario, la oferta está muy retraída y esto genera precios altos. Por ahora los mismos no generan precios disparadores de cosecha nueva, señaló Romano.

Por el lado del trigo, mientras que internacionalmente van viendo recortes constantes en la oferta del hemisferio norte, localmente preocupa la falta de humedad y la mala condición de los cultivos.

En otro orden, tras 5 años de subas en gramíneas caen las rotaciones y vuelve la soja en zona núcleo, indicó un informe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).

El año pasado fue récord de rotaciones; por cada hectárea de trigo o maíz solo hubo 1,6 de soja en la zona núcleo. En la 2020/2021 el índice pasaría a 1,75, rompiendo con la tendencia que marcaron en los últimos 5 años el trigo y el maíz en la región.

El 2019/20 marcó el record de la menor cantidad de soja sembrada. Y esto fue un hecho muy importante porque rotar el suelo es la práctica más eficiente de producción sustentable. Son todas ventajas las que produce. El temor al clima siguen reflejándose en una intención preliminar de siembra que anticipa una caída de un 10 por ciento. Si la soja gana protagonismo de acá en más, el sistema productivo de granos será mucho más vulnerable, detallaron en el informe de la entidad local. (fuente AgroClave, diario La Capital)