En el Congreso de Asagir pusieron el foco en la producción girasolera

0

girasol rindes

Tres asesores de las principales zonas productivas coincidieron en que el manejo de fechas de siembra y densidades según cada ambiente es más importante que la elección del híbrido.

“No hay un insumo mágico, lo único que falta es poner más cabeza”. Así resumió Agustín Bilbao el primer panel técnico del Congreso de Asagir, que se lleva a cabo en la ciudad de Buenos Aires. El título era “Manejo y nuevas tecnologías aplicadas al cultivo a nivel regional”, pero las nuevas tecnologías quedaron en un segundo plano porque, según coincidieron los asesores CREA Agustín Giorno (sudoeste de Buenos Aires), Bilbao (sudeste de Bs. As.) y Osvaldo Cubecino (Chaco), es en el manejo agronómico donde están las principales oportunidades para elevar los rendimientos del girasol.

 “Para lograr un cultivo razonable la primera clave es la correcta definición de los ambientes de producción, entender en qué ambiente queremos que el cultivo crezca, se desarrolle y genere rentabilidad”, afirmó Giorno en el comienzo. Y detalló los factores que hacen a la definición del ambiente: profundidad del suelo, estructura, historia de rotación… “A partir de ahí, solucionar problemas trabajando sobre la arquitectura del cultivo. Hay un amplio rango de fechas de siembra, densidad de siembra, elección del híbrido y el manejo nutricional”. El segundo punto, según el asesor, es tratar de que el cultivo desarrolle el primer periodo crítico sin adversidades, principalmente malezas y plagas.
Por su parte Bilbao no pudo más que reafirmar la importancia de la definición de ambientes. “Hasta 2009 teníamos un rinde de 2150 kilos, y desde que empezamos a ambientar mejor los campos (en la zona serrana, el girasol en los bajos y soja en las lomas; en zonas con tosca, el girasol en las partes profundas) subimos los rendimientos a 2650 kilos por hectárea”, ilustró.
En Chaco, como explicó Cubecino los ambientes son mucho más homogéneos, pero igual tiene mucha importancia ambientar teniendo en cuenta, en este caso, la historia agrícola de cada lote, el tipo de manejo. “La primer limitante que encontramos son densificaciones del suelo a profundidades de 20-30-40 centímetros que impiden el desarrollo de las raíces, entonces tenemos que posicionar el girasol en perfiles bien profundos. El otro punto es pasar el primer período crítico, que es la siembra, que se hace en julio y agosto, cuando hay muy poca agua en el perfil. Implantar el cultivo es todo un desafío”, comentó.
El panel fue moderado por Pablo Calviño, un referente del cultivo a nivel nacional, quien puso en contexto el debate explicando que el girasol fue desplazado por otros cultivos y que hoy le toca crecer en ambientes donde el suelo es muy cambiante. “Hubo un cambio muy grande en los ciclos del girasol, hay una tendencia a alargar el ciclo y hay un salto muy grande en rendimiento y en sanidad. La limitante principal es la tosca”, detalló.