El registro de insectos a campo revela la tendencia de una campaña que será compleja para el manejo de las plagas para soja y maíz. De acuerdo con las primeras infestaciones observadas en etapas tempranas, aparecen las plagas típicas de la sequía, como oruga bolillera, trips y también arañuelas.
Otro de las agravantes que tiene la campaña es la baja expectativa productiva dado por la fuerte restricción de lluvias y que las condiciones ambientales imperantes implican una baja eficiencia de las aplicaciones. En suma, una combinación de factores solo favorable para el avance de las plagas.
Bajo estas condiciones, reconoce el coordinador regional de mercado para NEA y NOA de Sumitomo, Matías Perotti, hay que comenzar con el manejo temprano de los insectos, a partir de los datos que aporta el monitoreo y considerando las dificultades que implica un ambiente tan seco.
“El productor estará revisando muy bien sus márgenes, teniendo en cuenta un techo de rendimiento más bajo. Entonces, cada gasto tendrá su impacto dentro del esquema de costos y márgenes”, advierte, sobre importancia de los tratamientos insecticidas efectivos.
Para el manejo de temprano de las arañuelas y trips, desde Sumitomo Chemical, sugieren una solución fitosanitaria como “Abamex” (Abamectina 1,8% EC), que puede suministrarse en mezcla con un piretroide, este último debe ser un producto capaz de evitar la mayor dispersión de la plaga en el lote.
Asimismo, para la implantación también está “Nutar” (Tiametoxam 35%), que ofrece dos formulaciones: una para el tratamiento de semilla (FS) pensando en el daño del picudo y otra para tratamiento foliar (SC), para pulgones y trips especialmente.
En la medida que progresa el crecimiento del cultivo y se instala la problemática del complejo de orugas defoliadoras, Perotti recomienda «Compact» (Lufenuron 5%), que “es un insecticida regulador del crecimiento, selectivo, que también se puede aplicar con un piretroide, lo que otorga persistencia a la solución”.
En este caso, agrega el técnico, puede tratarse el maíz para el tratamiento de gusano cogollero, en los casos de que el híbrido no cuente con la resistencia Bt o el evento esté vulnerado.
Avanzando en el ciclo del cultivo, otras de las plagas clave que aparecen con la sequía son las chinches. Para esto, la paleta de Sumitomo Chemical se completa con “Synergy” (Imidacloprid 35% + Lambdacialotrina 10% SC), una herramienta que tiene excelente control a baja dosis.
“La chinche es una plaga difícil de monitorear y las mejores aplicaciones en estos casos es al cierre de surco, lo que otorga que la aplicación se mueva a nivel interno de la planta para el manejo de un insecto muy movedizo, controlando adultos y ninfas”, explica Perotti.
Superadoras soluciones
Sumitomo Chemical está trabajando activamente en la investigación y desarrollo de nuevos productos que presentará en el mercado argentino a partir del año 2023 y con llegada directa al productor.
En este sentido, Perotti destaca nuevas soluciones diseñadas para el manejo de cogollero de maíz, así como para el manejo de las orugas defoliadoras en soja. En el caso del maíz se esta trabajando en el registro de una molécula innovadora, hasta ahora no conocida en el mercado, con alto control de spodoptera frugiperda, una de las plagas mas temidas en maíz. En el caso de soja una potente innovadora mezcla con especial recomendación para lepidópteros difíciles de controlar.
“Desde Sumitomo Chemical estamos trabajando en mezclas sinérgicas que potencien el control, considerando los aspectos amigables con el ambiente y la biodiversidad”, destaca el coordinador.
En lo que hace a productos amigables, Perotti enfatizó sobre la línea de biosoluciones de Sumitomo Chemical.
“En materia de insecticidas biológicos, ya estamos desarrollando y registrando dos nuevos productos a base de la bacteria Bacillus thuringiensis, en formulaciones compatibles con otros productos tradicionales para el cultivo de soja y maíz”, adelanta.