Un total de 1.185.257 vacunos se faenaron durante enero, lo que significa una suba de más de 20 puntos porcentuales en relación al mismo mes de 2022, según datos de la Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuario (DNCCA) analizados por el mercado ganadero de Rosario (Rosgan) en su lote de noticias semanal.
“Como era de esperar, enero comienza con una actividad de faena ciertamente elevada. Este número representa el enero de mayor faena en los últimos 15 años, desde los 1,3 millones de animales registrados en enero de 2008 y 2009, período de plena liquidación de hacienda”, subrayó el Rosgan.
De todos modos, todavía no es para encender alarmas de que se esté repitiendo aquel fenómeno que derivó en la pérdida de más de 10 millones de cabezas del stock bovino que nunca se recuperaron: la participación de hembras, que durante aquellos períodos marcaba niveles de 47,5% para esta misma época del año, aún se mantiene en torno a los 45,4%, nivel que todavía puede considerarse dentro de las bandas de equilibrio para el stock nacional.
“Si bien la faena de vacas sigue siendo elevada especialmente para las zonas más afectadas, a nivel país, los porcentajes de extracción no reflejan una situación de liquidación general. Sin embargo, en el corto plazo, la seca ya está empezando a plasmar los primeros efectos en la oferta de hacienda terminada”, agrega el reporte del Rosgan.
En principio, queda claro entonces que los aumentos que se están registrando en la hacienda y, por ende, en la carne que se vende al público, no obedecen a un fenómeno de escasez general de oferta.
La razón, como ya han mencionado varios informes, es la recuperación de precios atrasados durante 2022, cuando la carne subió muy por debajo de la inflación.
No obstante, un aspecto a tener en cuenta es que, en la composición de la faena, lo que sí hubo fue una menor participación de novillitos (-3,9%) y vaquillonas (-8,5%) terminados, en relación al resto de las categorías. Cabe recordar que son las principales categorías que se destinan en el mercado interno.
Para el Rosgan, “esto es en parte lo que, de algún modo, ha presionado a adelantar la corrección de precios del gordo que se esperaba recién para fines de febrero a comienzos del mes de marzo”.
Bajo este panorama, lo que mejoraron son los números del feedlot que, con un gordo que cotiza cercano a los $ 500 el kilo, lo mismo que el ternero, ha logrado una relación instantánea de compra/venta cercana a 1. Así, comienza a acomodar sus números o, al menos, a reducir el contra margen bruto que ha estado registrando la actividad durante los últimos seis a siete meses.
En paralelo, la zafra de terneros se adelantó por la sequía y eso contribuye a elevar el ingreso a los corrales. De allí que es de esperar que el mercado siga por un buen tiempo bien abastecido.
“Esta especie de ‘ventana’ que se ha abierto para el feedlot tras la corrección de la hacienda anima a muchos compradores a intensificar el llenado, aun conscientes de que los números de la actividad siguen siendo sumamente ajustados. En la medida que el feedlot pueda seguir recibiendo los animales que hoy están saliendo obligadamente de los campos, permitiría morigerar la falta de hacienda terminada a partir del segundo trimestre del año”, completa el Rosgan. (fuente Infocampo)