La falta de lluvias en Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Mendoza, San Luis, La Pampa, Entre Ríos, Chaco, Formosa, Santiago del Estero y Jujuy está generando pérdidas en la actividad agropecuaria.
En Entre Ríos, sólo el sudeste de la provincia presenta reservas hídricas entre óptimas y adecuadas, en tanto que el resto del territorio posee entre regular y escasas aguas para el cultivo. Desde abril, a excepción de junio, la precipitación resultó por debajo del valor promedio.
En San Luis, la falta de lluvias, sumada a la pandemia, complica la situación de los productores agropecuarios que se han visto obligados a vender vientres por la falta de pasto para alimentarlos. El presidente de la Sociedad Rural de esa provincia, Guillermo Pagano, afirmó que el sector “está muy complicado, sobre todo en la zona oeste, donde en su mayoría son campos de cría” porque vienen acumulando “una sequía de dos años y los problemas son mayúsculos”.
La prolongada sequía también afecta a gran parte del Chaco y comenzó a impactar con fuerza en la producción agropecuaria, con daños y pérdidas en distintos cultivos y mortandad de animales, señaló la subsecretaria de Agricultura local, Flavia Francescutti.
En la base a relevamientos realizados por la provincia, en la soja se verificaron alrededor de 160.400 hectáreas con distintos grados de daños, una superficie que equivale al alrededor del 50% del área cultivada. Además, la falta de agua para animales empezó a producir mortandad del ganado de subsistencia y también en unidades productivas de escalas mayores.
En Santiago del Estero, el representante de Confederaciones Rurales Argentinas, Pablo Karnatz, dijo que “acá la sequía es normal para la época y clima que tenemos” pero señaló que “lo que está preocupando son las grandes heladas que se están registrando”.
Ante el marcado déficit hídrico que se registra en toda la región, el gobierno de Formosa, viene trabajando para asistir al sector productivo, con la realización de remates ganaderos y la entrega de forraje. “Uno de los sectores más afectados es el ganadero”, indicó el subsecretario de la Producción Sustentable, el ingeniero Alejandro García, en declaraciones a la agencia pública de noticias provincial.
Córdoba
En Córdoba, por su parte, las precipitaciones son “menores a los niveles históricos” para esta época del año y, según manifestó el secretario de Agricultura de la provincia, Marcos Blanda, “los cultivos que más están sintiendo el impacto son el trigo y el garbanzo”, aunque “hay que esperar los resultados finales de producción para saber de qué manera lo afectó”, ya que las mediciones sobre el comportamiento de los cultivos está en etapa preliminar.
En Mendoza, Pablo Caparrós, ingeniero agrónomo especialista en inteligencia artificial aplicada al agro, confió que faltó mucha agua desde enero en adelante, sobre todo en el sur de Mendoza, y eso afecta a los otros cultivos.
En el caso de La Pampa, el subsecretario de Asuntos Agrarios, Alexis Benini declaró que “si bien en algunos departamentos de la provincia se registra un déficit hídrico, creemos que la situación no reviste de una gravedad tal como para que pidamos que se declare la emergencia agropecuaria”.
La provincia
En Santa Fe, a pesar de las escasas precipitaciones, la campaña de trigo muestra “buen desarrollo” en el 87% de los cultivos del centro-norte de Santa Fe, en la variedad de ciclo largo e intermedio.
Sin embargo, según la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario, el hectareaje de trigo en condición regular y malo en la región núcleo creció más de un 60% como consecuencia de la sequía y las heladas. En una semana, pasó de 500.000 hectáreas a 820.000 hectáreas.
“Los pronósticos para lo que resta de agosto no son favorables y es poco probable un cambio significativo hasta la segunda quincena de septiembre”, comentó José Luis Aiello, doctor en Ciencias Atmosféricas. Ya más de la mitad del trigo está regular y malo en la región.
A excepción de sectores del sur de la provincia de Buenos Aires y extremo noreste de la Mesopotamia, el resto del país atraviesa una de las sequías más fuertes de los últimos años.
Según estimó el analista y productor agropecuario Néstor Roulet, en 2021 dejarían de ingresar u$s 688 millones por la menor producción de trigo, a causa de la sequía. El cálculo parte de una caída de 500.000 hectáreas de trigo entre las implantadas y las que se habían proyectado en abril de 2020.
Si a esto se suma la merma promedio de rinde entre el 10% y 15% estimada por la Bolsa de Comercio de Rosario con relación a la campaña anterior, implicaría una producción nacional de casi 4,2 millones de toneladas menos que las proyectadas en abril de 2020, antes del inicio de la siembra del cereal.
“A pesar del aumento internacional del trigo en relación al precio Chicago de abril de 2020 (pasó de u$s 198,55 por tonelada a u$s 205,22 por tonelada para enero 2021), al país dejarán de ingresar por menores ventas de trigo al exterior u$s 688 millones de dólares a causa de la sequía”, indicó Roulet, quien advirtió que “esto puede aumentar en la medida que en las próximas semanas no llueva”.