La Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac) difundió un nuevo relevamiento realizado entre los asociados a las 44 cámaras que la integran, en el que determinó los precios mínimos y máximos que se cobran en cada provincia por litro de gasoil.
“Junto con los cupos para repostar gasoil y los crecientes tiempos de espera, los transportistas sufren desde hace semanas la discrecionalidad en la fijación del precio y una marcada divergencia según la zona geográfica en la que se encuentren”, denunció la Fadeeac en un comunicado.
En concreto, las jurisdicciones más perjudicadas, con un valor que llega a superar los $ 250, son Formosa, Tucumán, Santiago del Estero, Santa Fe, Corrientes y Córdoba.
Del otro lado, Chubut y Santa Cruz son los territorios con el precio máximo más bajo: $ 140.
Los impuestos en el gasoil
Fadeeac recordó, en este contexto, que “uno de los factores que influye en la diferencia de costos tiene relación con el complejo entramado impositivo de la Argentina. La potestad de los tres niveles de gobierno (nacional, provincial y municipal) para aplicar impuestos diversos sobre el combustible es uno de los factores que alimenta las diferencias estructurales en el costo final del litro”.
Bajo este panorama, el presidente de la entidad, Roberto Guarnieri, se quejó de que “las consecuencias derivadas de la falta de respuestas oficiales y la ausencia de políticas es el peor de los mundos, ya que producen desabastecimiento y cupos en la carga de combustible -de 50 litros o menos en algunos casos, junto con precios muy elevados y divergentes entre provincias y localidades”.
Para Fadeeac, “la Argentina presenta grandes disociaciones en la infraestructura de almacenaje y transporte de combustible, lo que define un norte más caro en precios, y un sur que recibe subsidios para lograr su competitividad. En un país extenso, la divergencia de precios de los combustibles es parte del problema original”.
También sostuvo que “el actual contexto de desabastecimiento de gasoil surge de políticas energéticas con graves problemas de diseño en su origen” y advirtió que “la situación es de una anarquía tan extrema, que aun cuando los precios convergieran a valores infinitos, el suministro no se normalizaría sin una coordinación pautada y elaborada en Mesas de Trabajo que agrupen a petroleros, transportistas y autoridades del Gobierno”.