El presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Jorge Chemes, tuvo a su cargo la apertura de la conferencia virtual de la Mesa Ovina Nacional de la que participaron también los otros integrantes de la Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias, Daniel Pelegrina, Carlos Achetoni y Carlos Iannizzotto.
En ese contexto señaló que “la importancia de la producción ovina en este país es histórica. En otro momento hemos tenido una población de 60 millones de cabezas que luego cayó por falta de estímulos, y a partir de la Ley Ovina se recuperó a 12 millones en la actualidad”.
Chemes afirmó que el sector tiene margen para crecer aunque planteó que es “un freno importante la falta de crédito”. También apuntó que “la pandemia (de coronavirus) es un flagelo que nos está presentando un problema muy grande, porque seguimos trabajando con una presión impositiva muy grande y caída de los mercados”.
“Tenemos que estar a la altura de la situación con políticas que apoyen esta situación, y que no sólo vean al sector como una fuente de recursos fiscales”, agregó.
Por su parte, el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Daniel Pelegrina, dijo que “la renovación de la Ley Ovina es imperioso”.
Asimismo, observó que por la pandemia hay “una revalorización de las acciones de los Estados”, y sostuvo que “se necesitan señales de confianza para generar la inversión”.
En tanto, Carlos Achetoni, presidente de la Federación Agraria, dijo que la producción ovina “es una gran oportunidad para el pequeño productor, y se puede desarrollar en cualquier geografía de la Argentina”.
“El Estado tiene que tener una participación virtuosa en toda la cadena. Hay un antes y un después en la Ley Ovina, en el crecimiento del sector y hay en el consumo una gran posibilidad de desarrollo”, agregó Achetoni.
Asimismo, el presidente de Coninagro, Carlos Iannizzotto, evaluó que “a la Ley Ovina no sólo hay que renovarla sino fortalecerla y agregarle tres pilares: financiamiento al pequeño productor, promoción del mercado interno y mercado externo”.
“El mercado externo va a ser propicio porque los grandes países ya han pronosticado crecimiento para el año que viene, y si el sector ovino está preparado tenemos una oportunidad”, consideró.
Dijo que hace falta “un sistema cambiario que favorezca a las fuerzas exportadoras y no que funcione de ancla inflacionaria porque trae diversos problemas; un sistema financiero no especulativo; y un sistema tributario que aliente a la producción”.
La Ley Ovina empezó a operar en 2002 y desde la Mesa Ovina aspiran a que en su renovación cuente con fondos permanentes actualizados, que ahora son fijos, y financiamiento con 0% de interés para proyectos de inversión de impacto.