España levantó una traba para el biodiésel argentino

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En un gesto de inocultable contenido político, el gobierno español levantó ayer el veto a las importaciones de biodiésel argentino que había impuesto cuatro años atrás

En un gesto de inocultable contenido político, el gobierno español levantó ayer el veto a las importaciones de biodiésel argentino que había impuesto cuatro años atrás como represalia por la estatización compulsiva de las acciones de YPF que tenía la petrolera Repsol.

La medida puede significar un impulso vital para una industria en crisis: hasta aquel conflicto España era el principal destino externo para el biocombustible argentino elaborado a base de soja, con ventas que rondaban los 1000 millones de dólares al año.

El cierre de su mayor mercado, sumado a la aplicación casi simultánea de aranceles extraordinarios por parte de la Unión Europea (UE), provocó una caída dramática de la producción. El sector había crecido de manera exponencial desde 2007 hasta convertirse en líder mundial; hoy opera con una capacidad ociosa cercana al 60 por ciento.

Sin estridencias y en tiempo récord, el gobierno de Mariano Rajoy accedió un reclamo que el nuevo embajador, Ramón Puerta, le transmitió por escrito el jueves pasado al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, en una reunión en Madrid.

En ese texto sostenía que «la producción argentina de biodiésel es eficiente, sostenible y contribuye a la seguridad energética y alimentaria». Y pedía que se adoptaran las medidas necesarias para levantar las barreras que impedían su acceso a España.

Esta semana, el Ministerio de Industria resolvió no prorrogar los cupos fijados para la provisión del biodiésel que, por ley, se usa para mezclarse con los combustibles fósiles con el fin de reducir el daño en el medio ambiente. De esa lista habían sido excluidas en 2013 todas las empresas argentinas.

Puerta celebró la decisión y la encuadró en la «afinidad» reestablecida entre los dos países desde la llegada de Mauricio Macri a la Casa Rosada: «Es una clara muestra de confianza que se explica en el cambio del marco político».

Retirada la prohibición, el mercado español se abre otra vez para los productores argentinos de biodiésel. Pero todavía queda por resolver el litigio con la UE por las tasas antidumping del 24 por ciento promedio que se establecieron en 2013, en sintonía con el contraataque por el caso YPF.

La Argentina logró en marzo un fallo favorable en la Organización Mundial del Comercio (OMC) que ahora Europa tiene la posibilidad de apelar. En la Cancillería descuentan que la medida no tardará en ser derogada, ya que había sido España el país que más la había empujado.

En 2013, los aranceles europeos provocaron una caída del 40% en la producción nacional y las exportaciones se redujeron un 58%. Aun así, España siguió siendo el mayor comprador. Hasta que a finales de aquel año el gobierno de Rajoy emitió la normativa que cerró del todo la puerta a las empresas argentinas del sector.

Al perder el mercado europeo, las exportaciones globales de biodiésel argentino cayeron a 788.226 toneladas en 2015. El principal destino pasó a ser Estados Unidos, con un 75% del total.

El gobierno de Macri ya había intentado reactivar la industria -muy golpeada también por la baja del precio del petróleo- con una baja de las retenciones a las exportaciones de 6,4% a 3,65 por ciento.

Los cambios impositivos y la apertura de Estados Unidos movieron la aguja. En el primer cuatrimestre de este año las ventas de biodiésel al exterior alcanzaron las 608.000 toneladas -383 millones de dólares-, contra 260.125 toneladas -y 189 millones de dólares- del mismo período en 2015.

Según Luis Zubizarreta, presidente de la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio), con esta medida de España «se abrió una llave» para el mercado europeo, pero falta que se levanten los aranceles de la UE.

«Mientras el arancel siga como ahora, seguimos afuera [del mercado]», expresó.

En esta línea, Claudio Molina, director ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno, señaló que la medida de España es «una decisión importante», pero aclaró: «Es una medida abstracta, porque mientras la UE no levante al arancel antidumping no podrá ingresar biodiésel argentino ni a España ni a la UE, ya que no puede competir con dicho arancel».

Por Fernando Bertello | Diario La Nación